Miquel Porta Perales - El oasis catalán

Decálogo

El militante secesionista está dispuesto a creer que el referéndum es legal y está dispuesto a obedecer lo que le digan los mandos y sus terminales

Los propagandistas espontáneos del «proceso» se lanzan al ruedo independentista -quizá no sea casual que el primer mitin ilegal se celebre en la plaza de toros de Tarragona- con la intención de ayudar en la lidia del referéndum. En lugar del capote y la espada -dejando a un lado los tuits de barra de bar-, ahí está el whatsapp. Centenares o miles de whatsapps invaden e inundan nuestros móviles. Me detengo en uno de los textos que tiene la virtud -por mejor decir, el vicio- de reflejar la ficción independentista ante el referéndum -lean movilización callejera o fiesta de amigos a la que asisten los ídems- que estaría preparando el secesionismo. Título del documento: «Decálogo para difundir de cara al 1-O». Un compendio de falsedades con las que se intenta reclutar, activar y emocionar al personal en pro de la República Catalana. Nada nuevo: el referéndum es legal y se celebrará, estén atentos a los canales de información próximos al independentismo, el Parlament y el Govern están comprometidos hasta las últimas consecuencias y ustedes han de seguir el ejemplo, presten atención a las informaciones e instrucciones que provengan de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), visibilicen el efecto ganador y difundan mensajes positivos por todas las vías a su alcance, y no duden de que la República Catalana es la mejor de las apuestas.

El Decálogo muestra una fiel infantería secesionista crédula y obediente. El militante secesionista está dispuesto a creer que el referéndum es legal y está dispuesto a obedecer lo que le digan los mandos y sus terminales. Esto es, obediencia ciega a las órdenes de la superioridad independentista y a los comunicados e instrucciones de la ANC, Òmnium Cultural y la AMI. Cosa que se percibe en la movilización callejera que ahora mismo impugna la legalidad democrática y el Estado de derecho. Y, mira por dónde, hablan de golpe. Sí, ellos creen que son víctimas de un golpe. El mundo al revés.

Decálogo

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