Carina Mejías - Tribuna Abierta
Cuando «okupar» queda impune
Ha llegado la hora de acabar con estas prácticas y de promover una reforma legal que impida la impunidad en la ocupación de propiedades ajenas
Me cuentan mis antiguos compañeros de profesión, todos ellos juristas, que cada vez con mayor frecuencia reciben reclamaciones de clientes que han visto allanadas sus propiedades por unos digamos que inquilinos a los que nadie ha invitado a entrar y que se acomodan y se adueñan de propiedades ajenas con total impunidad. Me advierten que, además , en la ciudad de Barcelona (y concretamente en los barrios más periféricos) proliferan los grupos organizados que identifican edificios vacíos para ocuparlos y ofrecerlos después en venta o alquiler, sin ningún título ni derecho legal, a familias vulnerables a las que después someten a reiterados chantajes.
La "okupación" en la ciudad de Barcelona es un fenómeno que se está extendiendo como una mancha de aceite por los diferentes barrios y con sus diferentes modalidades pero con un denominador común: cuando el legítimo propietario quiere recuperar la propiedad, ni las fuerzas del orden ni los jueces y tribunales disponen de los instrumentos legales para forzar un desalojo inmediato.
En Barcelona ni siquiera cabe el recurso de apelar a la autoridad municipal porque la alcaldesa Ada Colau y sus "comunes" son tan dados al igualitarismo que para ellos la solución al conflicto de una ocupación no es otra que montar sentadas asamblearias entre "okupas" y propietarios, algo que además de humillante es terriblemente injusto para los que cumplen la ley.
Más o menos esto es lo que ocurrió el pasado y largo fin de semana en el barrio barcelonés de Les Corts, donde un grupo de jóvenes "okupas" se apropiaron de un edificio en la calle Benavent. Pero su acción no la justificaban ni la vulnerabilidad ni la necesidad de la que hacen bandera. Su única finalidad real era convertir el inmueble en el fiestódromo del barrio, con el beneplácito y el apoyo del mismísimo gobierno de Colau .
Ante el desamparo legal y el abandono municipal, un grupo de vecinas (mujeres coraje, luchadoras y valientes) se organizó para impedir que nadie -por mucho apoyo municipal que tuviera- les arrebatara la apacible convivencia vecinal de su barrio. Así, organizaron sonoras protestas, caceroladas, colgaron pancartas y soportaron provocaciones e insultos. Y no se rindieron. Es más, incluso se atrevieron a "contra-okupar" la finca para "liberarla", pero de verdad, en un ejemplo de entereza y resistencia ante el desamparo y la impunidad.
Es intolerable que esto siga sucediendo. Ha llegado la hora de acabar con estas prácticas y de promover una reforma legal que impida la impunidad en la ocupación de propiedades ajenas. Aunque a Colau no le guste.
Carina Mejías es presidenta del grupo municipal de Ciudadanos de Barcelona.