Coronavirus Cataluña
Educación refuerza el seguimiento «online» y el apoyo emocional para el tercer trimestre en Cataluña
La actividad escolar se reactiva hoy desde casa con dudas para padres y profesores

Tras una Semana Santa de tregua, que seguro que los padres no habían imaginado que pasarían encerrados en casa, más de 1,5 millones de jóvenes catalanes regresan hoy (virtualmente) a las clases. Un formato al que padres y alumnos se han tenido que acostumbrar a la fuerza al seguir cerrados sus 5.492 centros educativos y que ahora, con la arrancada del tercer trimestre y sin fecha de fin al confinamiento infantil , deja un mar de dudas tanto en alumnos como en padres y profesores.
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Ayer hizo justo un mes que cerraron las escuelas por el coronavirus. Entonces, la novedad de una situación insospechada y el desconocimiento sobre los escenarios que todavía estaban por llegar dejaron en el aire la rutina educativa de los más pequeños, en principio hasta Semana Santa. Cada colegio, y cada familia, hizo lo que pudo: tras la sorpresa inicial se dio paso a tímidos seguimientos, algún que otro encargo vía el mail de los progenitores y manualidades lideradas por unos padres que estos días han sacado a relucir sus (buenas o no tanto) dotes plásticas.
Evitar la brecha digital
En un primer momento, el departamento de Educación de la Generalitat descartó un seguimiento estricto de los escolares (y en general sí hubo más rigurosidad en centros concertados). Las casuísticas en cada hogar son variopintas y los hay sin internet, tablets o portátiles (o con uno que ahora deben usar los adultos para teletrabajar). Algunas casas tienen dificultades para disponer de material básico como lápices de colores o folios y por ello el consejero Josep Bargalló se aferró a defender que la brecha digital, tampoco la socioeconómica, no podían dejar a nadie atrás. El Govern calcula que entre un 10 y 15 por ciento de los catalanes, unos 52.000 jóvenes, no pueden conectarse con sus colegios . Para combatirlo, prevé hacer llegar 11.000 dispositivos electrónicos; el Ayuntamiento de Barcelona enviará otros 3.000.
La prolongación del confinamiento ha llevado a que todos los claustros hayan ido acercándose virtualmente a sus pequeños y han convertido los padres en sus extensiones. Las rutinas llegan a los mails de los familiares. Algún ejemplo, de un concertado, para una niña de cuatro años: «27 de marzo. Para empezar, recordemos los días de la semana. Contemos del 1 al 15 con apoyo visual. Hagamos las fichas adjuntas para reforzar el trazo». El correo incluye indicaciones, por si sobra tiempo y se quieren hacer gusanos con estampación o pececitos con algodón de colores.
Otros más mayores, ya en Primaria, ESO o Bachillerato , libros en la mochila, reciben las tareas semanalmente, con deberes y páginas de varias materias a seguir cada día. Sus casas no son aulas pero los profesores intentan simularlo e incluso realizan tutorías personales o en grupos reducidos vía videollamada. Éstas, por cierto, también se han empezado a instaurar en algunas guarderías de Barcelona para minimizar el trance que les supondrá a los bebés el volver a brazos de prácticamente desconocidos tras semanas non stop con sus madres.
Orientaciones a última hora
A pesar de que los presagios ya apuntaban a que los niños seguirían tiempo en casa, y a que el propio Govern lo ha defendido a capa y espada para minimizar riesgos, no fue hasta la semana pasada, en periodo vacacional, que el departamento de Educación se apuró a ofrecer orientaciones de cara a las próximas semanas.
Ahora, a partir de hoy, la enseñanza pasa a ser obligatoria, telemáticamente, y con propuestas más estructuradas y preparadas, dirigidas por Educación. El gobierno catalán pone a disposición de las escuelas más de 100 modelos de propuestas didácticas -tanto para enseñanzas infantil u obligatorias- y 615 plataformas digitales tipo Moodle para seguir con la docencia en línea. Las propuestas son lo más variadas pero las tecnologías, eso sí, pasan a ser protagonistas.
La Generalitat , además, quiere priorizar estrategias de apoyo emocional, tanto para quienes han perdido seres queridos por el Covid-19 pero también por el cambio en sus vidas o la lejanía con sus profesores y compañeros. A los profesores, sin embargo, la propuesta les deja muchas dudas en el aire, como confirman a ABC varios consultados. Saben que una buena parte de los escolares tiene dificultades para seguir la formación online, ya sea por cuestiones técnicas, ambiente familiar o diversidad funcional. «El departamento no ha acabado de asumir que estamos en una situación excepcional», critican.
En el aire, de hecho, queda saber cómo se evaluará a los alumnos: aunque el Govern descartó tajantemente el aprobado general, como Italia, sí prevé algún tipo de análisis de resultados, aunque muchas voces piden que no sea ni sobre los conocimientos ni en base a notas. También se desconoce si las clases podrán volver a abrir antes del verano, aunque la Generalitat lo contempla en el último eslabón de la «vuelta a la normalidad» que anunció el pasado fin de semana. A los padres, además, les quedará por saber quién cuidará de sus hijos cuando ellos tengan que volver a trabajar y sus colegios sigan cerrados.