Conjura comercial por Barcelona
Los comerciantes de la ciudad exigen a los futuros líderes municipales un consorcio específico de promoción
El mejor lugar en el que vivir, invertir y desarrollar el talento y las ideas. Así quieren los comerciantes de Barcelona que su ciudad sea próximamente y así se lo exigen a los futuros candidatos a las elecciones municipales. Este mensaje claro y rotundo se repitió esta semana durante el IV Summit Barcelona Oberta, un encuentro organizado por la agrupación de ejes comerciales y turísticos barceloneses.
Recuperar las relaciones entre el sector público y privado, «y especialmente con nuestro consistorio», fue otra de las demandas de los comerciantes, que aprovecharon la jornada para reclamar la creación de un consorcio de promoción comercial que ayude a tomar mejores decisiones para el sector.
Además, hicieron énfasis en volver a utilizar la cultura como eje vertebrador de la ciudad y en la necesidad de apostar por un turismo de calidad, en una crítica clara a la gestión del gobierno de Ada Colau (que ha impulsado varias políticas contra los intereses de este sector).
«Los empresarios somos parte de la solución y no del problema», recordó el presidente de Barcelona Oberta, Gabriel Jené, a los responsables municipales, tras hacer de portavoz de los comerciantes y exponer las quejas por el auge del top manta, los horarios comerciales, el veto hotelero y la «turismofobia» o el conflicto con las terrazas.
Durante uno de los debates de la jornada, desde Barcelona Global Pau Guardans exigió que políticos junto a la sociedad civil trabajen para «repensar Barcelona» y fijar sus próximos objetivos. Igualmente, el exconcejal municipal Enric Truñó clamó por conseguir el próximo mayo un gobierno amplio que pueda cerrar acuerdos.
En un tono parecido Marian Muro, directora del grupo Julià, abogó porque los grupos municipales tengan voluntad colectiva y minimizar desigualdades en aspectos tan cruciales para la ciudad como es el turismo y su modelo comercial, mientras que Juan Carlos Iglesias, director del Grup Iglesias, también exigió a los ediles municipales que dejen sus ideologías de lado al dirigir sectores como el turismo.
La oposición, también en el Summit, arropó a los comerciantes. Alberto Fernández (PP) confió en que la ciudad pase pronto «de la mala gesticulación a una buena gobernanza», y Jaume Collboni (PSC) instó a «volver a pensar en grande». Desde Cs, Carina Mejías pidió pensar en Barcelona como en una gran área metropolitana. Xavier Trias (PDECat) reclamó un «liderazgo claro, que no autoritarismo», y Trini Capdevila (ERC) aseveró que hay que relanzar la ciudad.
El Ayuntamiento recibió desde primera fila las críticas. El concejal de Turismo, Agustí Colom, pidió comprensión para conseguir un modelo que mejore la calidad de vida de los vecinos y, más tarde, la alcaldesa lanzó un mensaje positivo y comentó que «cuando existen problemas se tienen que hablar pero no hay que perder de vista que la ciudad funciona, y muy bien».