Condenan a 23 años de cárcel al gerente de un cine de Barcelona por abusar de menores a los que contrataba

Aprovechaba que los contrataba para repartir publicidad de la sala, ubicada en El Masnou, para abusar de ellos

Un agente de los Mossos d'Esquadra, en una foto de archivo ABC

J. Hierro

La Audiencia de Barcelona ha condenado a un más de 23 años de cárcel al dueño de unos cines de la comarca barcelonesa de El Maresme por a busar y prostituir a menores a los que contrataba para trabajar repartiendo publicidad de las salas. Deberá indemnizar con más de 46.000 euros a las víctimas.

En el auto, dado a conocer este miércoles, la Sección Sexta de la Audiencia de Barcelona condena a Lluís G., concretamente, por abusar de cinco jóvenes de 13 y 17 años por delitos como prostitución y corrupción de menores, abusos sexuales con penetración y exhibicionismo.

Los hechos ocurrieron entre 2007 y 2011. El acusado se aprovechó de que era el gerente del establecimiento cinematográfico para a cceder con «evidente propósito lúbrico» a los menores , a los que ofrecía trabajar repartiendo publicidad.

La sala considera que el acusado, en su condición de gerente de un establecimiento cinematográfico del Masnou, aprovechaba su trabajo para contratar a los menores para repartir publicidad del cine y mantener relaciones sexuales con ellos.

El tribunal ha decidido también absolverlo del delito de exhibicionismo , así como de otros cuatro de prostitución y corrupción de menores, pero le impone el pago de una multa de 8.450 euros y una orden de alejamiento de sus víctimas.

La Fiscalía pedía 43 años de prisión para Lluís G. , propietario de una empresa que gestionaba cines de barrio y parroquiales como La Calàndria del Masnou y Foment Mataroní de Mataró. Pero el tribunal ha decidido absolverlo de algunos de los delitos de los que estaba acusado.

De acuerdo con el Ministerio Público, el condenado seguía un mismo 'modus operandi': fichaba a los jóvenes, les ofrecía empleo y, pasado un tiempo les proponía incrementar sus ingresos a cambio de sexo , aunque otras veces también se lo proponía directamente, antes de que los menores comenzaran siquiera a trabajar en los cines.

Durante el juicio, L.G.M. admitió conocer a las víctimas y haber contratado a algunas de ellas como repartidores de publicidad, pero aseveró que «nunca» les ofreció mantener relaciones sexuales por dinero.

«Es totalmente falso, es insólito, lo niego rotundamente . No tengo libido desde hace muchos años», dijo ante el tribunal, y alegó que padece una disfunción eréctil que le impide eyacular y mantener relaciones.

No obstante y entre explicaciones confusas, también reconoció que en una ocasión llevó a dos menores y a una prostituta a un domicilio de Sant Just Desvern en el que se consumaron relaciones sexuales pero en las que él no participó.

A lo largo de la investigación, la policía intervino una sábana con restos de semen en uno de los cines , en el que también localizaron lubricante que, según L.G.M., usaba para «limpiar las cintas» de las películas.

Tal como señalaron los peritos, el semen encontrado correspondía con el perfil del condenado y con el de tres menores, además de otras ocho personas que no han sido identificadas.

La declaración más insólita fue la de uno de los testigos citados por la defensa, un joven que hasta entonces había negado haber sufrido abusos por parte del empresario pero que, en el juicio, mudó su versión.

El joven aseguró que el condenado abusó tanto de él como de su primo -otra de las víctimas- en reiteradas ocasiones desde que ambos tenían doce y trece años de edad y que, por ello, les pagaba cantidades que fueron oscilando de los cien a los cincuenta euros.

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