La comisión sobre los abusos en Montserrat concluye que el monje Andreu Soler actuó como un «depredador sexual»

En su informe, los expertos apuntan que el monasterio no actuó pese a que había «rumorología suficiente»

El abad vuelve a pedir perdón y anuncia un nuevo protocolo de protección a los menores

Una imagen del monasterio de Montserrat EFE

E. Armora

La comisión que investiga los abusos sexuales cometidos en Montserrat considera que el monasterio no actuó pese a que «había rumorología suficiente para justificar una acción encaminada a reunir a los padres, actuar contra el hermano Andreu Soler o haberlo apartado preventivamente de los escoltas». Así lo determina en su informe de conclusiones hecho público esta mañana en el que tilda al monje Andreu Soler, responsable de la agrupación "escolta" de Montserrat durante 40 años, de «depredador sexual y pederasta».

El grupo de expertos a los que el monasterio encargó la investigación cree que «en los casos de abusos sexuales en el entorno de los escoltas "Nois de Servei", que situamos hasta el año 2000, se omitió cualquier tipo de actuación », aunque no pueden determinar «si se ocultó lo que sucedió o simplemente se actuó por desconocimiento de la situación, ya que existen versiones contradictorias». Lo que sí dan por probado en el resultado de su investigación es «que había rumorología suficiente para justificar una acción encaminada a reunir a los padres, actuar contra Andreu Soler o haberlo apartado preventivamente de los "escoltas"».

El informe sitúa los abusos entre los años 1972 y 2000 y considera a Andreu Soler «un depredador sexual y un pederasta» cada vez más activo que abusó, en algunos casos de forma reincidente, de varios "Nois de Servei".

El informe, además, revela dos casos hasta ahora desconocidos de abusos por parte del que fue responsable de la Escolanía de Montserrat, V.T.M, cometidos en 1968 , aunque ha documentado que el abad de entonces, Cassià Maria Just, sí informó «con transparencia» a las familias y apartó de inmediato al monje, que dejó el monasterio y la orden religiosa en 1980 y contrajo matrimonio.

«En el caso puntual de los abusos sexuales en la Escolanía, se actuó de inmediato, se habló con los padres, se adoptaron decisiones encaminadas a separar al responsable y se actuó con transparencia », aclara el informe, que apunta como recomendación la creación de la figura del elegado o Responsable permanente para la Protección de Menores».

En cuanto al caso del hermano Andreu Soler, cuya conducta el informe ve mucho más grave, el informe precisa que el actual abad, Josep Maria Soler, tuvo conocimiento de la última denuncia seis meses después de su elección, y decidió apartar al abusador de los escoltas y lo envió al monasterio de El Miracle, a la vez que se puso a disposición de la víctima y de su madre. El abad de Montserrat "recnonoce que actuó siempre intentando ayudar a la víctima de acuerdo con los criterios y la sensibilidad existente hace 20 años" .

El abad vuelve a pedir perdón

Tras conocerse el contenido del informe, el abad de Montserrat ha vuelto a pedir perdón y ha anunciado que hará un nuevo protocolo de protección de menores. El abad ha hecho suyos los resultados de la comisión independiente: "Ante estos casos vergonzosos de abusos a menores cometidos por miembros de nuestra comunidad, pedimos perdón a todas las víctimas y nos ponemos a su disposición, como hemos hecho en todo momento, para ayudarles en su dolor y sufrimiento".

Sobre los dos nuevos casos de abusos perpetrados en 1968 por otro monje que era el responsable de la Escolanía, el abad ha subrayado que "si bien no eran conocidos por la comunidad de monjes actual, fueron resueltos de manera firme y resolutiva por quien en aquel momento era el responsable del monasterio, el abad Cassià M. Just, de acuerdo con los criterios y las posibilidades de hace más de cincuenta años".

Siguiendo las recomendaciones de la comisión y para evitar que hechos como estos vuelvan a ocurrir en Montserrat, el abad ha anunciado que ya han comenzado a elaborar un plan de protección de menores "que aumentará y mejorará los mecanismos de prevención y detección existentes actualmente".

También ha anunciado que en breve nombrará un Delegado permanente de protección de menores, que será un profesional externo al monasterio. El abad Josep María Soler ha informado de que enviará los resultados de este informe a la Fiscalía, al Defensor del Pueblo y a los organismos competentes de la Santa Sede y de la Congregación benedictina.

El religioso ha vuelto a condenar "de manera absoluta cualquier tipo de abuso a menores" y ha reafirmado el compromiso de la congregación "de luchar con firmeza contra una problemática tan grave que afecta a toda nuestra sociedad". El abad tiene previsto volver a hacer un acto de constricción y de perdón en la homilía que pronunciará el próximo domingo con motivo de la festividad de las Vírgenes Encontradas, en que Montserrat celebra su fiesta mayor.

Por su parte, el portavoz de la comunidad benedictina de Montserrat, Bernat Juliol, ha reconocido en declaraciones a Efe que el informe "deja claro que los mecanismos de control y de prevención no funcionaron , que fue un error comunitario, y por eso pedimos disculpas y esperamos que no vuelva a pasar".

"Pedimos perdón por todos los errores que hayamos podido cometer y nos duele en el corazón el daño que dos monjes de nuestra comunidad han hecho", ha dicho el portavoz. Juliol ha indicado que en los próximos días el monasterio abrirá un nuevo correo electrónico permanente para facilitar la presentación de denuncias, tal y como ha recomendado la comisión independiente, que ha concluido su trabajo con el informe.

El portavoz no ha descartado que pueda haber más casos de abusos que la comisión no haya podido documentar porque sus víctimas no hayan querido denunciar y ha resaltado que la comunidad sigue abierta "a recibir, escuchar y apoyar a todas las víctimas" y que ninguna de ellas ha pedido ninguna compensación económica.

Juliol ha explicado que los nuevos monjes que entran en la comunidad, además del periodo de noviciado acompañados por un monje veterano, han de ir a un psicólogo y superar un examen psicológico para detectar si tienen algún tipo de problema.

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