El color sí importa: un estudio concluye que las imágenes a color del coronavirus han hecho que se perciba como menos peligroso
Las imágenes en blanco y negro, en cambio, inducen a pensar que el virus es más contagioso y generan, atendiendo al informe, mayor pánico en el espectador.
Las imágenes en blanco y negro del SARS-CoV provocan que este sea percibido como más contagioso por el espectador. Así lo afirma un estudio del Instituto de Radio Televisión Española (RTVE) y la Universidad Autónoma de Barcelona realizado durante el confinamiento. Los investigadores han hallado una «correlación negativa entre la belleza detectada y el nivel didáctico de las imágenes» , esto es, a mayor atractivo de la imagen, menor preocupación por su peligrosidad.
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Atendiendo a las conclusiones del informe , las imágenes habitualmente empleadas por los medios (a color o en tres dimensiones) se perciben como bellas pero no como realistas, científicas o didácticas y por ello infunden menos temor. Los resultados del estudio demuestran que el uso de estos coloridos e interactivos formatos han dado lugar a un virus «bello, poco realista y poco contagioso».
Coronavirus pop
El trabajo, publicado en la revista científica estadounidense PLoS ONE , presenta diferentes imágenes del virus y pregunta acerca de «parámetros como la belleza, la naturaleza científica, el realismo, la percepción del contagio, del miedo, así como la naturaleza didáctica». La investigación aborda si «características formales» como, por ejemplo, el color de la imagen (o si se trata de una fotografía o una ilustración) afectan a la percepción del virus.
Responsabilidad periodística
En el documento se debate acerca del la responsabilidad de los medios de comunicación al distribuir imágenes que embellecen el coronavirus para informar de la pandemia. Un estudio previo ilustró que la mayoría de las imágenes del coronavirus presentadas por los medios eran ilustraciones a color y en tres dimensiones contribuyendo así a mejorar la imagen o percepción del virus .
Desde el estudio se destaca la importancia de una información «correcta» y de « titulares adecuados» garantizando «un comportamiento informado y sereno en la población en general» apelando a una responsabilidad que no debe recaer únicamente en «instituciones científicas y académicas».