La cocina que surgió del frío

Kru es, junto con Disfrutar, el restaurante de cocina creativa más importante de España. Kru empezó siendo un intento más o menos desesperado de Rías de Galicia por inventar algo contra la crisis, que golpeó sin ninguna piedad a los restaurantes caros. Ideado por Ferran Adrià y desarrollado por Ever Cubillas, se trata hoy de uno de los mejores restaurantes del mundo, que lleva la cocina fría y cruda hasta su máxima emoción y expresividad, tanto con productos del mar como de la tierra.

La cocina fría suele ser la más inteligente. Aunque generalizar resulta siempre temerario, el recurso de calentar las cosas es una vulgar convención. Kru es la superación del fuego. La Humanidad es el esfuerzo por superar todo lo que una vez se descubrió, salvo la libertad y el amor, que son indestructibles y la esencia de nuestro pacto con Dios.

Con su imaginación, con su precisión, con su sentido del humor aplicado a la cocina, Ever Cubillas ha convertido el Kru en uno de los restaurantes más emocionantes y sorprendentes del mundo, siempre desde la honestidad y sin recurrir nunca a la farsa o al artificio innecesario.

En tiempos de grandes nombres que muchas veces no significan nada, de falsos prestigios otorgados por guías que ignoro a qué intereses sirven, pero que seguro que no son gastronómicos; en tiempos de vanidades insoportables y de herencias muy mal administradas, el chef Cubillas se alza con toda su humildad y sencillez desde el corazón del Kru para ofrecernos su portentosa cocina, su talento prodigioso, su técnica afinadísima que le permite afrontar cada plato como un divertimiento, con todo el rigor pero sin perder la sonrisa.

Tendría, eso sí, que revisar su gusto por la decoración estéril de sus creaciones, con perejil o cebollino, que no sólo no aportan nada sino que distorsionan el sabor de los ingredientes. Pocos vicios resultan tan molestos como éste, pero pocos son, también, tan fáciles de curar.

El Kru es, junto con Disfrutar, el restaurante de cocina creativa más importante de España, y su precio razonable, su magnífico servicio, y la comodidad de la sala, redondean una experiencia gastronómica sensacional, incomprensiblemente despreciada por guías y gurús, pero que una vez más y como siempre, aquí estoy yo para contársela.