Científicos españoles identifican unas nuevas células en las que se esconde el virus del sida

Las células residentes de memoria (TRM, por sus siglas en inglés) son también la principal diana para el VIH

La investigación abre una vía para una mejor identificación de los reservorios del virus mediante el marcador CD69

Equipo de investigadores del VHIR que ha participado en el estudio ABC

E. A.

Un estudio liderado por las doctoras Meritxell Genescà y María José Buzón , del grupo de investigación en Enfermedades Infecciosas del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR) ha descubierto que las células residentes de memoria (TRM, por sus sigles en inglés) pueden ser uno de los mayores reservorios del VIH, ya que son las más abundantes en los tejidos periféricos, como por ejemplo la piel o el tracto gastrointestinal, así como también están presentes en el tejido adiposo, los tejidos linfáticos o incluso los órganos.

Las TRM juegan un doble papel: por un lado, son la principal diana para el virus del VIH y, por otro, representan un reservorio viral en tejidos como el cérvix. El estudio, en el que colabora también el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona , el Instituto de Investigación de este centro, el Hospital del Mar , y el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa , se publica en la revista «Nature Communications».

Uno de los principales obstáculos para la erradicación del virus del VIH son los reservorios que lo almacenan en un estado de latencia , o con bajos niveles de replicación, mientras los pacientes están en tratamiento antirretroviral. Estos reservorios pueden establecerse en diferentes células y tejidos por todo el cuerpo. Las características de los reservorios y de los virus que emergen cuando se interrumpe el tratamiento sugieren que los reservorios se establecen en diferentes tejidos pocos días después de infectarse, incluyendo las mucosas por donde se transmite el virus, informan fuentes del VHIR.

Se localizan en tejidos periféricos

Profundizando en el estudio del reservorio, sabemos que las células de larga vida pueden ser buenas candidatas a albergar el virus de forma latente por su capacidad de proliferación homeostática, es decir, que de forma fisiológica van proliferando por sí mismas para mantener la memoria de la respuesta inmunitaria. Es aquí donde cobran importancia las células residentes de memoria.

Las TRM se localizan en tejidos periféricos, como por ejemplo el tracto genital femenino y, al tener poca capacidad migratoria, no las podemos encontrar en sangre . Estas células están preparadas para responder de forma muy rápida en tejidos expuestos a patógenos y se caracterizan por una larga longevidad y por una capacidad de auto renovación, lo que las hace excelentes candidatas para ser reservorio.

El objetivo del estudio ha sido comprobar si las TRM podían ser un reservorio del VIH, lo que las convertiría en uno de los mayores reservorios del virus ya que son las células más abundantes en tejidos. En general, los estudios se llevan a cabo preferentemente en sangre porque es la muestra más accesible, pero «en el torrente sanguíneo sólo encontramos un 2 por ciento de los linfocitos T CD4 + que son la principal diana del virus del VIH. Por tanto, el gran volumen de T CD4 + está en los tejidos y es allí donde debemos buscar los reservorios», comenta la doctora Meritxell Genescà . «Por otro lado, también queríamos profundizar en el estudio del tejido cervical como posible reservorio , ya que los primeros tejidos que se infectan serían muy relevantes de cara al establecimiento del reservorio, y las mujeres están poco representadas en estos tipos de estudios·, añade Genescà.

Explantes cervicales

Empleando explantes cervicales infectados ex vivo, el grupo de investigación llegó a la conclusión de que las células residentes de memoria representan una diana preferencial para el virus. Compararon también tejido cervical de mujeres sanas con el de mujeres en tratamiento con antirretrovirales. Y es que, a pesar del tratamiento antirretroviral , que consigue la supresión viral en sangre, en los tejidos todavía se pueden detectar alteraciones; de hecho, los niveles de activación de las TRM en mujeres VIH + son diferentes respecto a las mujeres sanas.

Por otra parte, también midieron la cantidad de virus detectable tanto por ADN como por RNA . Así, llegaron a la conclusión de que «en los tejidos de la mucosa cervical hay un nivel significativamente más alto de virus remanente que en la sangre y que la mayoría de las células que contienen este virus son las TRM», afirma la doctora Buzón.

Expresión del marcador CD69

Los primeros firmantes de este artículo son los estudiantes predoctorales Jon Cantero y Judith Grau quienes destacan el hecho de que una de las características de las TRM es la expresión del marcador CD69. «Se abre una vía para una mejor identificación de los reservorios del VIH en los tejidos y es a través del marcador CD69, que se comporta de manera diferente en sangre que en tejidos», apuntan.

En sangre, CD69 significa un estado de activación celular y, por este motivo, hasta ahora no se estudiaba ya que en los reservorios lo que se busca son células en estado de reposo. En cambio, en tejidos, CD69 convierte en un marcador de residencia, es decir, de que las células permanecen en los tejidos. «Así pues, nuevas terapias dirigidas a la eliminación del virus que persiste en estos pacientes deben tener en cuenta este tipo celular, presente en todos los tejidos», concluye Genescà.

En el estudio, colabora de forma muy destacada el servicio de Ginecología del Hospital Universitario Vall d'Hebron, donde las pacientes se visitan de forma rutinaria para el control de patología cervical. Dentro de este servicio, hay que remarcar la participación de la doctora Cristina Centeno , quien ha contribuido de forma activa en el reclutamiento de las participantes. Y, por supuesto, hay que agradecer la participación voluntaria de las pacientes.

Este estudio ha recibido financiación del Ministerio de Economía y Competitividad-Instituto de Salud Carlos III , del Plan Estratégico de Investigación e Innovación en Salud (PERIS) de la Generalitat de Cataluña y de la Fundación Dexeus Salud de la Mujer , quien el año pasado otorgó una beca a la doctora Genescà en el área de Investigación Básica en Obstetricia y Ginecología.

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