Investigación
Científicos españoles demuestran que el aprendizaje voluntario es más eficaz que el dirigido
Un estudio revela, por primera vez en humanos, que las ondas theta que genera el hipocampo regulan la capacidad de las neuronas de fijar y recuperar información
Manipulando la oscilación de estas ondas podrían, según los expertos, eliminarse recuerdos traumáticos o potenciar las memorias que se pierden por amnesias o enfermedades neurodegenerativas
![El investigador Paul Verschure señala la actividad de estas ondas en el cerebro](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2021/03/02/paul_verschure_brain-U30744148996JZF--1248x698@abc.jpg)
Cuando aprendemos de forma voluntaria, modulamos la atención y ese control cognitivo hace que el proceso sea mucho más efectivo. En consecuencia, según los expertos, esa memoria se ve beneficiada. Sin embargo, aunque algunas investigaciones habían identificado los procesos fisiológicos que subyacen a esta realidad en el cerebro de ratones, no se había corroborado aún su existencia en nuestra especie.
Ahora, un grupo internacional de investigadores liderados por el profesor de Investigación ICREA Paul Verschure del laboratorio SPECS del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), en colaboración con la Universidad del Ruhr de Bochum (Alemania), la Universitat Pompeu Fabra y el doctor Rodrigo Rocamora del Hospital del Mar , han identificado por primera vez en humanos, el mecanismo fisiológico responsable de la eficacia de los procesos de aprendizaje basados en la automotivación y la libertad de elección.
La clave reside en las oscilaciones de las ondas theta generadas por el hipocampo del cerebro humano, cuando es el cerebro quien posee el control del proceso de aprendizaje. Estas ondas regulan la capacidad de las neuronas del hipocampo humano para fijar y recuperar información.
Realidad virtual
La navegación podía ser activa, cuando los participantes controlaban libremente sus movimientos; o pasiva, si era otro sujeto quien planificaba el recorrido y, por tanto, quien decidía el orden de exposición de las imágenes. En esta segunda modalidad, por tanto, los sujetos no ejercían control alguno sobre cómo memorizar los objetos dispersos en el entorno virtual.
El estudio de la actividad electroneurofisiológica del hipocampo y el testeo en el reconocimiento de los objetos al final del experimento, permitió comprobar la importancia del aprendizaje activo en cada uno de los participantes.
«En los sujetos que habían tenido la posibilidad de llevar a cabo una navegación activa se identificaba un incremento de las oscilaciones que hacía más eficaz el aprendizaje y la memoria posterior. Pero, además, lo que ocurría era que se daban dos fenómenos consecutivos, separados por milisegundos. Uno de ellos correspondía a la codificación de la información ; el otro, a la recuperación de información previamente almacenada: la reactivación de la memoria », explica el doctor Pacheco.
En efecto, los sujetos que podían navegar de forma libre por el entorno virtual promovían un código de fase theta que favorecía la fijación y recuperación de información, igual que ocurría en los trabajos anteriores llevados a cabo con roedores. Estos resultados constituyen, por tanto, un puente entre los resultados experimentales en el modelo animal y la investigación de la memoria humana.
Enfermedades neurodegenerativas
Las aplicaciones prácticas de este descubrimiento son amplias y de gran calado. «La identificación de estos dos distintos momentos en las oscilaciones theta podrían facilitar intervenciones concretas. Por ejemplo, podríamos manipular la oscilación para eliminar recuerdos traumáticos o potenciar las memorias que se pierden por culpa de amnesias o de enfermedades neurodegenerativas», prosigue Pacheco.
Además, tiene una gran relevancia en el campo educativo, puesto que supone la confirmación empírica de que elementos como la motivación, el control cognitivo y la capacidad para decidir por uno mismo son claves para un aprendizaje eficaz .
«La trascendencia de este descubrimiento es enorme» señala Paul F. M. J. Verschure, autor sénior del estudio. «Hemos logrado llegar aquí después de más de 20 años de investigación y los resultados obtenidos son claros. Que la voluntad sea clave para la integración de la información en la memoria nos da argumentos para decir que, si convertimos a las personas en sujetos pasivos, si se las coacciona, su aprendizaje será peor».
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