Chichinabo

La epidemia de coronavirus certifica que el secesionismo catalán está lleno de personajes de Chichinabo. Según parece, el término provine del italiano ciccia –así se denominaba antiguamente la carne de mala calidad- y de la palabra nabo, planta comestible de cultivo barato y poco exigente. En definitiva, chichinabo o algo de poca calidad y sustancia. Al respecto, Fernán Caballero –pseudónimo de la escritora Cecilia Böhl de Faber- impartió doctrina, en su novela Un verano en Bornos (1855), cuando escribió «como ese zoquete de Alcalde… ¡Alcalde de chichinabo!» El quid de la cuestión está en el campo semántico de la palabra zoquete. El DRAE nos da la clave. Zoquete: altanero, persona fea y de mala traza, especialmente si es rechoncha, persona que tarda en comprender, cargo público. Teniendo en cuenta lo que dice la lengua italiana, la fitología, Fernán Caballero y el DRAE, teniendo en cuenta eso, es acertado afirmar que el secesionismo catalán se ha instalado confortablemente en un mundo a su medida: de mala calidad, barato, feo. O, si prefieren, que el secesionismo catalán está construyendo la República Catalana de Chichinabo. Cosa que puede constatarse cuando se recopilan las declaraciones de los dirigentes independentistas sobre la epidemia de coronavirus. Que si España juega con la vida de los catalanes, que si España nos mata, que si nos requisan las mascarillas, que si hay que confinar a quien ya está confinado, que si los estudiantes de medicina de Cataluña no han de ir a trabajar a Madrid, que nadie puede asegurar qué hace el Ejército en el aeropuerto, que si de Madrid al cielo o al hielo y un largo etcétera que son el síntoma de un secesionismo catalán que, además de jugar sucio, está completamente alejado de la realidad. Aprovechando el confinamiento, les sugiero un ejercicio: busquen los personajes que corresponden con las acepciones que el DRAE atribuye al término zoquete. E imaginen lo que puede llegar a ser su República, esa tierra prometida donde mana leche y miel.