La Catedral de Barcelona, llena en el funeral del obispo Vadell: «¿Por qué tan temprano?»

Omella recuerda la entrega del obispo auxiliar ante más de 1.200 personas

Vadell falleció el sábado tras luchar contra un cáncer de páncreas durante casi un año

Un instante de la misa de este lunes en la Catedral Arquebisbat de Barcelona

Miquel Vera

Hacía muchos años que la Catedral de Barcelona no acogía una Misa tan masiva. Más de un millar de personas se reunieron hoy por la mañana para despedirse del obispo auxiliar Antoni Vadell , fallecido el sábado a los 49 años tras más de diez meses luchando contra un cáncer de páncreas. Dentro del templo el aforo se completó antes del inicio de la celebración y algunas personas se tuvieron que quedar en la calle siguiendo la eucaristía a través de sus teléfonos móviles.

Dentro de la basílica, la misa fue presidida por el Cardenal-arzobispo, Juan José Omella . Le acompañaban más de un centenar de sacerdotes y prácticamente todos los obispos catalanes. También había otros nombres destacados de la vida eclesial catalana como el abad de Montserrat, así como representantes de distintas órdenes religiosas y organizaciones eclesiales como Cáritas o Escuela Cristiana. Se sumaron a la cita algunas –pocas– autoridades civiles. Allí estaba el teniente de alcalde Albert Batlle; la directora general de Asuntos Religiosos de la Generalitat y el Inspector General del Ejército en Cataluña. En templo también estaba parte de la familia de Vadell, encabezada por su madre Antonia , muy emocionada en todo momomento.

« Hoy se nos rompe el corazón ante la muerte del obispo Antoni Vadell . La pregunta que nos hacemos es: ¿Por qué tan temprano? Y no tenemos respuesta. No obstante, en el silencio del diálogo con Dios hay una luz que puede iluminar nuestras dudas. En la Biblia encontramos esta luz», arrancó Omella en la jomilía. Apeló a la experiencia evangélica Job en el Antiguo Testamento. «El señor lo da, y él mismo lo quita», avisó. «El señor nos regaló la presencia de nuestro querido Vadell. Todo viene de Dios, y todo vuelve a él», añadió. El Cardenal, quien tenía una relación muy cercana con su auxiliar Vadell, no pudo evitar emocionarse en algún momento de la celebración, especialmente al final de esta, cuando pidió un aplauso para la madre del obispo, del que destacó el «ejemplo admirable» que dio durante su dolorosa enfermedad.

«Sabía que se moría»

El recuerdo de la dura enfermedad enfrentada por el obispo auxiliar –nacido en Mallorca y en el cargo en la diócesis de Barcelona desde 2017– sobrevoló casi toda la homilía de Omella. «Nuestro hermano Toni sabía que se moría, y se puso en las manos de Dios. Y así me lo dijo. Aunque le dolía pensar en la muerte, en la oración sentía la cercanía de Dios. Miró al crucificado en su enfermedad y unió su dolor al de Cristo», resumió el también presidente de la Conferencia Episcopal Española. «Perdemos una gran columna, y yo, personalmente, pierdo una gran ayuda y un hermano al que quiero de corazón», resumió antes de acabar su intervención, emitida por Trece televisión .

A pesar de la dureza de la celebración, una de las más multitudinarias que se recuerda en la Catedral desde hace años, Omella también echó mano de su cercanía y su sentido del humor para recordar una frase que le dijo a Vadell una vez. «Si se hunde la casa, tranquilo que a tí no te cogerá dentro» , bromeó. Fue su forma de recordar que Vadell era un obispo hiperactivo que estrujaba sus jornadas para llegar a todas sus obligaciones, y si podía, hacer un poco más todavía.

Mensaje del Papa

La omnipresencia del obispo quedó certificada en los bancos de la catedral, que ayer reunieron a una variopinta mezcla de todos los sectores y colectivos que sentían de cerca la presencia de Vadell . Jóvenes, seminaristas, voluntarios, monjas y representantes de un heterogéneo grupo de entidades laicas y religiosas de todo color y pelaje que quisieron expresar su respeto hacia el obispo auxiliar. Incluso el Papa Francisco, que siguió su enfermedad con especial atención, se hizo presente con una carta de condolencia que leyó Sergi Gordo , otro de los obispos auxiliares de Barcelona. El Pontífice también llamó a lo largo de su enfermedad a la madre y el hermano de Vadell para hacerles llegar su ánimo desde Roma.

Hoy, el cuerpo de Vadell llegará a su Mallorca natal. Allí, será despedido en otro funeral religioso antes de ser enterrado en la intimidad de su familia en el Santuario de Nostra Señora de Gràcia , en la localidad de Llucmajor.

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