Casa Batlló, experiencia 10D para redescubrir a Gaudí

Tras una inversión global de 30 millones para restaurar el edificio y la nueva instalación, Casa Batlló espera el retorno del turismo nacional e internacional

Ariadna Mañé

A partir de hoy, entrar en la Casa Batlló significará olvidarse del mundo exterior y entrar en la mente de Antoni Gaudí a través de una exposición en 10 dimensiones diseñada para despertar todos los sentidos. Gracias a la colaboración con seis artistas multidisciplinares, la Batlló reabre sus puertas al protagonista arquitectónico por todos conocido, pero con un telón de fondo y unos decorados nuevos e innovadores en todas sus formas. «Tecnología del siglo XXI, con una infraestructura del siglo XX y un edificio del XIX», describe Amílcar Vargas, director de patrimonio mundial.

Con esta nueva propuesta, Casa Batlló quiere « honrar el legado de Gaudí para el futuro que estamos construyendo», explicando al genio como nunca antes se había hecho pero «sin competir contra la casa», explica Vargas. Después de 8 años investigando los medios más punteros para la crear esta visita y 15 millones de euros de inversión, el equipo de la Batlló promete una «experiencia divertida, emocional y sorprendente», pero sobretodo «memorable», afirma Gary Gautier, director general.

Después de la restauración de la fachada exterior, las salas y toda la marquetería del edificio, con un coste de otros 15 millones de euros en dos años , y los nuevos 2.000 metros cuadrados abiertos al público, Casa Batlló espera el retorno del turismo nacional e internacional. Especialmente su objetivo es poder ofrecer una experiencia para todos los públicos, tanto el nuevo como el que redescubrirá el edificio, el atraído por la historia y atraído por las tecnologías, mayor o joven, experto o no.

La visita empieza con la instalación « Origens », ubicada en la antigua carbonera, donde se muestra el imaginario de Gaudí niño, que más tarde influiría en el diseño de todas y cada una de las formas y colores del edificio. «Es el momento de desconexión y de descompresión», dice Vargas, de olvidar todo lo que hay fuera y dejarse llevar por la música compuesta por Dani Howard inspirándose en la propia casa.

También en el sótano está «el primer cubo de pantallas LED sin fisuras», explica Gautier, donde se reproduce la pieza creada por Refik Anadol. A través del análisis mediante inteligencia artificial de los más de 45 millones de archivos que ha recopilado el equipo de Casa Batlló durante la investigación, el artista ha podido extraer « patrones creativos y estructuras biométricas » que cobran vida ante los ojos del visitante. En la entrada del cubo se reparte una «flor eléctrica», que el visitante puede tomar para «despertar los sentidos», una Acmella oleracea o hierba de los dientes, que deja una sensación de hormigueo suave durante unos minutos que pone el gusto en sintonía con la vista y el oído.

Estas son solo dos de las diez estaciones que se pueden encontrar en la casa, que además requerirá la atención del visitante si quiere descubrir cada pequeño detalle de la experiencia, como cartas que se escriben ante sus propios ojos o habitantes de la casa bajando las escaleras. Todo ello conducido por unas revolucionaras audioguías, que se adaptarán al ritmo de visita de cada persona alargando o reduciendo las explicaciones gracias al nuevo sistema de sensores instalado y a la Inteligencia Artificial.

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