Joan Carles Valero - Letras Expectativas
El Rey en su casa
Tras inaugurar el Mobile World Congress como ocurre desde hace cuatro años, don Felipe recibió el lunes en su casa barcelonesa a tres instituciones de la sociedad catalana
Felipe VI, al contrario que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no ha abierto despacho en Barcelona porque lo tiene de forma permanente en el Palacete Albéniz, residencia oficial del Rey de España en sus visitas a la capital catalana. Obra del arquitecto Juan Moya, el edificio se construyó como alojamiento de la Familia Real Española durante la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, aunque también es utilizado para algunos actos oficiales del municipio.
Tras inaugurar el Mobile World Congress como ocurre desde hace cuatro años, primero como Príncipe y ahora como Rey, y después de subrayar que la feria global de la tecnología digital es un ejemplo de colaboración institucional; don Felipe recibió el lunes en su casa barcelonesa a tres instituciones de la sociedad catalana. Y lo hizo, como todo lo que hace: al margen de la melé política. Porque reina en una monarquía parlamentaria, pero no gobierna. Buena y suficiente prueba de su papel arbitral fue la gestión que desplegó el año pasado, cuando España celebró dos elecciones con un Gobierno en funciones.
Digo todo esto en respuesta a voceros de la “agitprop” independentista que ayer se rasgaban las vestiduras o, como mínimo, se sorprendían porque el Rey visitaba Barcelona con total normalidad mientras se juzga a los responsables del 9-N. También ponían en duda la representatividad de las tres instituciones que el Rey recibió en audiencia, cuando son los mejores exponentes de la Cataluña de la excelencia del conocimiento, encarnada en la Real Academia de las Ciencias Económicas y Financieras (RACEF); fieles representantes de la Cataluña que coopera con el Estado y con el Ayuntamiento barcelonés en una institución pública centenaria como es el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB); y lo mejor de la Cataluña del emprendimiento generador de empleo que representa Fomento del Trabajo.
El Rey recibió en esas audiencias dos obsequios y una petición. Joaquim Gay de Montellá, presidente de la patronal, entregó a don Felipe unos tomos sobre la historia de Foment, cuyo origen se remonta a 1771, en la época de Carlos III. Jordi Cornet, delegado especial del Estado en el CZFB, obsequió al monarca otro libro y una foto del Rey Alfonso XIII, su bisabuelo, cuando hace un siglo se gestaba el puerto franco barcelonés. Don Felipe amparó la aspiración de Jaime Gil de Aluja, presidente de la RACEF, de que la institución ingrese como miembro de pleno derecho del Instituto de España, de forma que será la primera Real Academia Española con sede en Barcelona en formar parte de esta institución económica.