Capital del Mediterráneo

Hace siglos, Tárraco brillaba esplendorosamente como la capital de la provincia y del Imperio de la Hispania Citerior mientras residió en ella el Emperador romano Augusto. Desde entonces, Tarragona no ha tenido muchas oportunidades de volver a ser el epicentro del Mediterráneo, pero hoy sí tenemos una: ser la sede de los Juegos del Mediterráneo en 2018.

Efectivamente, 2018 y no 2017 como repitió hasta la saciedad el alcalde socialista de Tarragona, el señor Ballesteros: «History making History» o «van a ser los mejores de la historia». Y hablando de historia, les voy a explicar las claves de la trama de los Juegos: pugnas entre el Alcalde y el Presidente del Consejo Superior de Deportes (el señor Cardenal), reproches del mismo Alcalde al Gobierno por la falta de financiación «prometida» (14ME), el Gobierno del PP asegurando que jamás había firmado nada al respecto, ERC en Tarragona en contra y ERC en la Generalitat a favor y la CUP…, «cantando» que para 2017 seríamos independientes.

La organización de los JJMM por parte del gobierno socialista de Ballesteros ha sido nefasta. Han querido montar una fiesta sin saber quién iba a pagarla. Salían un día en rueda de prensa diciendo que todo iba viento en popa para que al día siguiente el COI anunciase el aplazamiento a 2018. Y lo más curioso: el pacto de gobierno municipal PSC+PP+UDC. Un pacto que según anunciaron: «Serviría para asegurar los Juegos».

Tal guion resulta divertido si se trata de una Telenovela pero no con tantas cosas en juego: el impulso económico de la provincia, la imagen y el prestigio de la ciudad y la ilusión de miles de deportistas y voluntarios. Por ello, Ciudadanos lideró la creación de una Comisión de Seguimiento de los Juegos ante la falta de transparencia. Tenemos una oportunidad que no se puede desaprovechar. PSC debe aprender de sus errores y el Gobierno dar apoyo económico para que Tarragona vuelva a ser un referente en todo el Mediterráneo.

Rubén Viñuales es portavoz de C's en el Ayuntamiento de Tarragona.