Cambiar el «bocata» de chorizo por uno vegetal en Seat reduce el riesgo cardiovascular de los trabajadores
Un estudio pionero mide, durante seis meses, el impacto en la salud de una dieta saludable, acompañada de buenos hábitos, en una muestra de 565 empleados de la compañía
Después de seis meses privados de su histórico bocadillo de chorizo entre turnos y modificando algunos hábitos para hacerlos más saludables, los trabajadores de la planta de la Zona Franca de Seat han reducido los principales indicadores de riesgo cardiovascular ( peso, diámetro de cintura y triglicéridos ) y también la presencia de una proteína implicada en la inflamación de las arterias. También han mejorado su estado de salud mental y la calidad del sueño. Estas son las principales conclusiones del estudio MedCARS , presentado en abril de 2018 e impulsado por la compañía automovilística en colaboración con el Hospital Clinic, el Instituto de Investigación del sida, IrsiCaixa, Itae y cientificos de Harvard (Estados Unidos).
Noticias relacionadas
La investigación, la primera en el mundo que ofrece resultados sobre estos ámbitos en una muestra de trabajadores sanos y cuyos resultados son extrapolables a la población general, constata que induciendo hábitos saludables, tanto en la alimentación como conductuales, se mejora de forma notable la salud de los trabajadores. El estudio, presentado esta mañana en Barcelona, se centró en una muestra de 565 trabajadores, repartidos entre la planta de la Zona Franca de Barcelona (300) y la de El Prat de Llobregat (265) . A todos ellos se les realizó un reconomiento médico exhaustivo y un análisis de conductas alimentarias y de deporte antes y después de los seis meses de estudio, aunque la intervención se centró solo en los empleados de la planta de Barcelona. Al resto, se les dieron las consignas y pautas de mejora habituales de cada revisión anual.
Cinco litros de aceite de oliva cada mes
Durante medio año, los 300 trabajadores de la Zona Franca que aceptaron participar voluntariamente en el estudio recibieron consejos sobre nutrición, recetas saludables e instrucciones guiadas por expertos para practicar más deporte y evitar el sedentarismo. También recibieron cada mes cinco litros de aceite de oliva y 30 gramos de frutos secos al día .
Sin embargo, según reconocen, los expertos que han participado en el estudio, el cambio que más les costó pero del que se sienten más satisfechos es renunciar al tradicional bocadillo de chorizo que la compañía les facilitaba entre turnos por otro «sandwich saludable» que podía ser de aguacate, queso fresco y tomate, vegetales crudos o sardina; todos con pan integral.
«Les costó renunciar pero están encantados»
«Les costó renunciar al chorizo pero ahora están encantados y no quieren abandonar el nuevo bocadillo », ha señalado en rueda de prensa Patricia Such , directora de Salud, Seguridad y Emergencias de Seat. La oferta de comida saludable no se limitó al exitoso bocadillo sino que los trabajadores controlados tenían también máquinas de vending con frutos secos y productos con beneficios probados sobre la salud, así como descuentos en supermercados Veritas y asistencia dietética y psicológica en forma de seminarios.
Tras los seis meses de intervención, los resultados evidencian una mejora significativa de los factores asociados al riesgo cardiovascular: reducción del peso corporal y del perímetro de la cintura, mejora del perfil lípido (bajan los triglicéridos) y se reducen también los marcadores de inflamación asociados, por ejemplo, a la progresión de la arterioesclerosis. Asimismo, los trabajadores sobre los que se actuó mejoraron la salud mental y la calidad del sueño.
«El estudio evidencia que pequeños cambios de hábitos se han visto reflejados en biomarcadores», señala el doctor Ramon Estruch, consultor de Medicina Interna del Hospital Clínic , quien asegura que «deberían impulsarse intervenciones en los centros de trabajo para mejorar la salud de los trabajadores y, por extensión de sus familias».
Analizar la microbiota, el siguiente paso
La continuación del estudio será, según avanzó ayer el d irector del IrsiCaixa, Bonaventura Clotet , será analizar la microbiota (los millones de bacterias que habitan en nuestro intestino) de los empleados que han participado en el estudio. «Hemos visto que hay una relación directa de la dieta mediterranea en la salud de los trabajadores, ahora queremos saber si también impacta en la microbiota y sobre qué bacterias influye», indica Clotet.
Después del estudio, ya no hay ni rastro del bocadillo de aguacate. El bocadillo de chorizo ha vuelto entre los trabajadores, aunque se mantienen las máquinas saludables de vending. La compañía, sin embargo, se plantea implantar en un tiempo los hábitos saludables inducidos en la investigación en todas sus plantas. También avanza que los resultados de la investigación se publicarán en una revista científica de prestigio.