Oti Rodríguez Marchante - Barcelona al día

Café con mala leche

Hay que tener mucha neurona vuelta para discutir por la palabra café

Si no se pone un cierto cuidado en no caer en gilipolleces, se pierde la razón en lo esencial. Café con leche suena casi igual en español y en catalán, y ningún camarero, por muy español que sea, dejaría de entender café con leche cuando alguien le dice «café amb llet». Por lo que tengo leído, Quimi Portet no le exigió el nivel C de catalán al camarero de Balearia (que los hay, ya lo sabemos, que examinan de catalán al peruano de la barra), sino que le pidió un café con leche probablemente como lo pide todos los días, y el camarero se vino un poco arriba al detallarle su diversidad lingüística, sus niveles de inglés, francés, italiano, y su absoluta poligiliglotez al negarse a servirle un «café amb lle»” a ese señor mayor que tampoco entiende ninguna otra palabra que no sea en catalán.

Si Quimi Portet supiera otra lengua que no fuera el catalán, o si el camarero hubiera sido albanokosovar, tal vez hubieran podido llegar a entenderse en un idioma común. Hay que tener mucha neurona vuelta para discutir por la palabra café, que se dice en español café, en euskera Kafé, en catalán café, en chino Kafëi, en ruso Kofe, en alemán Kaffe y en inglés Coffee. Por ello, lo primero que hay que deducir no es quien tiene razón, sino cuál de los dos es más tonto; personalmente, y por alguna declaración sin ánimo ofensivo ni «mala leche» de Manolo García, que conoce al músico de su puesto en La Fila, tiendo a pensar que no es fácil ser más tonto que Quimi Portet, pero nunca se sabe, cualquier día de estos va uno y tropieza con un camarero o director de sucursal de Banco también «mu tonto», como diría José Mota. Pero, en fin, preocupados por esas minucias cuando el personaje más importante de Cataluña empieza a tener pesadillas con una puerta de penal que se cierra en sus narices, y no me refiero a Puigdemont, pobre, cuitadiño, sino al importante, a Leo Messi, condenado a 21 meses de prisión. Y a no ser que le hagan lo que a la Pantoja, igual se libra de entrar al trullo, pero, eso sí, como se salte un semáforo o haga una entrada fea, fea, Messi no llega a recoger el próximo Balón de Oro.

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