Joan López - Weekend Perico
Bochornoso e incomprensible
Perder contra los colchoneros tal como jugamos, con intensidad y ganas no disgusta a ningún perico. Perder como perdimos el viernes provoca apatía entre una afición cada vez más escéptica
La derrota del Getafe previsible y el empate del Sporting en Las Palmas atenúan el temor a llegar a la última jornada aún pendientes de la salvación, cuatro puntos más serán suficientes, pero lo visto en Orriols no tiene justificación. Ni tan siquiera es excusa ayudar al entrenador del Levante, Rubi, de alma perica.
Tras ponerse por delante, como la jornada anterior con el Atlético de Madrid, el Español se dejó llevar por la apatía, el jugar a nada, el dejar pasar el rato como si estuviéramos con 42 puntos en tierra de nadie, como nos venía sucediendo a estas alturas las últimas temporadas.
Perder contra los colchoneros tal como jugamos, con intensidad y ganas no disgusta a ningún perico. Perder como perdimos el viernes provoca apatía entre una afición cada vez más escéptica.
La salvación debe certificarse, sino matemáticamente si virtualmente, el martes contra el Celta que tiene asegurada su plaza en la Europa League y no alcanza la Champions. ¿Por qué ellos si pueden ir a Europa y nosotros no -se preguntan los pericos- cuando somos clubs de dimensión parecida? Es urgente para poder empezar a planificar una nueva temporada en la que hace falta además de un entrenador, una defensa y una gran dosis de espíritu.
Lo del entrenador es lo más urgente. Ir perdiendo y no hacer cambios cuando Caicedo andaba cojo y sacar a un defensa (Roco) en el minuto 80 es incomprensible. Los entrenadores que llegaron a media temporada en temporadas anteriores como Pochettino o Aguirre consiguieron una conexión con la afición que Galca, frío y nada empático, no ha logrado.