Miquel Porta Perales - El oasis catalán

Bisutería

El «proceso», el «procesismo» y los «procesistas» -sean profesionales, aficionados, ortodoxos o heterodoxos: todos devotos- continúan brindando unas perlas de museo

El «proceso», el «procesismo» y los «procesistas» -sean profesionales, aficionados, ortodoxos o heterodoxos: todos devotos- continúan brindando unas perlas de museo. Ahí está el municipalismo independentista y su Manifiesto Libertad. Las perlas: que si en España «cada día se levantan muros contra la libertad de expresión, contra la opinión y la acción política»; que si «el mundo local es soberano y ha de poderse expresar con libertad»; que si «el Estado español y determinados ámbitos judiciales han iniciado una persecución, totalmente desproporcionada e indigna, contra ayuntamientos catalanes y sus regidores».

Por todo ello, el municipalismo independentista y sus colegas de parranda, «denuncian públicamente la falta de separación de poderes, así como la obsesión, el abuso y la desproporcionalidad con la que actúa el gobierno español, bajo el escudo de los tribunales». Además, «exigen que cese inmediatamente la persecución de los cargos públicos, entidades e instituciones catalanas por el solo hecho de dar apoyo a la Resolución del Parlamento de Cataluña o promover pacíficamente el derecho de autodeterminación del pueblo de Cataluña, reconocido por los Tratados Internacionales». Finalmente, «defienden el derecho de libre asociación y expresan y reiteran el apoyo a los cargos electos perseguidos».

Me consta que este Manifiesto ya ha sido reproducido en el catálogo del Museo Internacional de la Joyería Política -sección bisutería, abalorios, cuentas y mostacillas- acompañado del siguiente comentario: «Un ejemplo de victimismo, oportunismo, demagogia y populismo políticos. Una muestra de deslealtad institucional y constitucional. Una evidencia de la incomprensión de lo que significa e implica la división de poderes en una democracia y en un Estado de derecho. Un modelo de mal uso de la libertad de expresión. Una prueba del desconocimiento de los Tratados Internacionales sobre el derecho de libre determinación». Por mi parte, ni quito ni pongo. Así lo he leído y así lo transcribo.

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