Joan Carles Valero - Letras expectativas

El beicon catalán

Tanto el relato de la construcción europea como el del «procés» dependen de unos propósitos compartidos que pueden partir del deseo pero no se pueden reducir al deseo

Disponer de valores fofos en tiempos duros es toda una desventaja porque nos conducimos en modo piloto automático, carentes de musculatura y sin haber aprendido nada de la cura de humildad que debe suponer toda recesión. ¿Dónde están los límites a las aspiraciones?, se preguntan en el editorial del Anuario de los Valores 2015, un estudio de la Fundació Carulla que dirige Marta Esteve y cuyo autor es Ángel Castiñeira. El profesor de Esade sostiene que tomadas las aspiraciones en términos de una axiología o teoría de los valores, cuando algo se desea hasta el tuétano se suele caer en una especie de pensamiento mágico, hasta el punto de mutar deseo por realidad y acariciar su cumplimiento como una lámpara sin genio.

Para el titular de la cátedra de Liderazgos y Gobernanza Democrática de la escuela de negocios barcelonesa, el deseo es la vía de entrada de los cándidos, los «babaus» que se dejan llevar dócilmente sin cuestionarse nada y sin ser conscientes, por lo tanto, de los límites de la realidad. El experto advierte que el cumplimiento de los deseos, en definitiva el futuro, depende de los comprometidos, aquellos que pueden escrutar más allá de la realidad porque son conscientes de sus límites.

Tanto el relato de la construcción europea como el del «procés» dependen de unos propósitos compartidos que pueden partir del deseo pero no se pueden reducir al deseo. Esa magia no funciona. El futuro no depende de los que lo desean mucho, sino de los comprometidos, de quienes no viven en las nubes y son conscientes de la realidad para evitar llevarnos más allá de los límites. No se puede usar la realidad como metáfora, de modo que tener un 48% de votos favorables al soberanismo supone un límite, también para los constitucionalistas. Un límite que revela la necesidad de que en todos los niveles y frentes sean necesarios más que nunca los comprometidos.

Estudioso de las fuentes del liderazgo social, Castiñeira señala también la diferencia entre las personas con cierto grado de conciencia cívica y social y aquellas que muestran compromiso. Las primeras suelen dedicar unas horas al voluntariado, mientras que de los comprometidos depende el futuro de, por ejemplo, las entidades cívicas y del país. Otra diferencia la aporta el mundo del management, para el que existe una notable diferencia entre compromiso e implicación. Precisamente en management suele utilizarse la metáfora de los huevos con beicon, porque la gallina se compromete a ponerlos, pero es el cerdo quien se implica.

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