Barcelona, música en vivo para que la ciudad no duerma
«En Barcelona, para nuestra fortuna, las coplas, los fandangos y las bulerías, no paran de sonar»
![Concierto en el Marula](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2019/10/04/foto3-kIqG--1248x698@abc.jpg)
En verano, Eddie Vedder, de Pearl Jam, tocó en Barcelona. En el grupo enorme de músicos que le acompañaron en el escenario destacaba Javier Mas, un zaragozano que cogió fama porque giró con su guitarra de 12 cuerdas, bandurria y laúd, entre otros instrumentos, con Leonard Cohen , durante tres años. Mas aprovechó su visita a Barcelona para tocar con su hijo, Mario Mas (guitarra, laúd y voz), en un escondido local de Gracia. Ha sido de las pocas veces que ambos se han presentado en vivo juntos. Cuarenta personas tuvieron la fortuna de poder ver aquel espectáculo de primerísimo nivel. Inés García-Albi, periodista, promotora cultural y timón de Las Cosas de Martínez, así como su Factoría Cultural, había elegido con mimo a los asistentes. Treinta y cinco euros, con cena incluida, pagaron por poder ver a dos de los mejores músicos de España, en un espacio íntimo y familiar. No hay imágenes del momento, porque así se pidió.
En la Barcelona apocalíptica que anuncia Telecinco, siguen pasando cosas bellas. En materia musical, espacios en donde suceden encuentros interesantes abundan, los hay más comerciales, más underground, pero también institucionales, como los centros cívicos. Aquí no solo se roban carteras, también se roban corazones cada día en los distintos escenarios de la ciudad.
Algunos son de postín, diseñados por Lázaro Rosa Violán , como Artte, un espacio en el Ensanche que ya tiene varios años consolidándose como uno de los escenarios predilectos de los músicos de jazz que habitan la ciudad, así también de los que gustan de verlo en vivo. La gran diferencia con otros espacios es que, aquí, la música puede ir acompañada de gastronomía de primera. A diferencia del escenario, en los fogones manda el chef peruano Robert Quispe, cuyo conocimiento de la cocina, tanto local como de Latinoamérica, le permite crear platos de una complejidad casi jazzística, pero que al final, armonizan en la boca. La puerta de la entrada esconde un espacio de 400 metros cuadrados en donde lo mismo se presentan músicos muy arraigados (y queridos) de la ciudad, como ayer, que estuvo el Gorka Benítez Trío , con Dani Pérez y David Xirgu, como músicos de otras latitudes que solo pasaban por aquí.
Como Artte, Guzzo es otro espacio en donde la comida y la música de calidad van de la mano. Otros clásicos son el Milano, en un bajo de la ronda Universidad, o el Marula Café , en la calle Escudellers, en donde en su próximo aniversario tocarán los Made in Barcelona, un grupo que salió literalmente de las calles de la ciudad, cuando los robos existían, pero no eran tan mediáticos. Es verdad que se echa de menos lugares como el Pastís, el Astrolabis o la Taberna Tío Carlos, pero no por ello hay que dejar de apreciar los esfuerzos de locales como la Bodega Saltó, en el Pueblo Seco; el Alfa, el Heliogàbal o la Cueva de Lobos, los tres en Gracia; o la Nau Bostik, con sus vermuts, en la Sagrera. Destacan también espacios como el Robadors 23, que, aunque no paga bien a los músicos, les permite tener un sitio en donde tocar cualquier día de la semana, sin demasiada organización previa.
Si Las Cosas de Martínez es lo más undeground de la upper Diagonal, permítaseme la paradoja, el O’Barquiño o el Robadors 23, lo son de Ciutat Vella. Sin embargo, hay también espacios que, aunque institucionales, no han dejado de apoyar la música popular y emergente de la ciudad. Por ejemplo, el Centre Artesà Tradicionàrius, que cobra poco por su alquiler, permitiendo así a los músicos que empiezan presentar aquí sus discos, como hicieron Kurepí, Sones de Marimba o hará próximamente la cantante mexicana Georgina Rubio, para compartir sus versiones en mariachi de música española. El Centro Cívico de Urgel lleva años programando música clásica y jazz, de forma gratuita para los asistentes. Para no ir más lejos, ayer y hoy, en el Centro Cívico La Sedeta y el Centro Cultural Alborada, se llevan y llevaron a cabo actividades gratuitas relacionadas con el festival Sonamos Latinoamérica. Esta noche se presentan en La Sedeta, desde Ecuador, Karina Clavijo y las Damajuanas, y, desde México, el son jarocho de La Calandria. Espacios como estos hay en todos los barrios. La música no para de sonar.
En el Solar de la Puri , un espacio recuperado por los vecinos en el Pueblo Seco, algunos domingos hay vermú flamenco. Otros, no. Aquí, la música empieza a mediodía y acaba cuando acaba. El arte es como los cauces de un río, cuando se le cierran caminos, va abriendo otros. En Barcelona, para nuestra fortuna, las coplas, los fandangos y las bulerías, no paran de sonar.