Pablo Nuevo - Tribuna abierta
La autonomía en serio
La defensa de España como casa común debe ir acompañada de un programa de reformas claro, dirigido a poner el poder autonómico al servicio de la sociedad
A pesar de haberse humillado y degradado la institución que de momento aún representa, Artur Mas no ha conseguido el apoyo de la CUP para su investidura, de manera que probablemente tengamos elecciones en primavera.
Estas elecciones no se parecerán a las del pasado 27 de septiembre, y no sólo porque no vayan a concurrir juntos Esquerra Republicana y Convergencia. Serán unos comicios marcados por el resultado en Cataluña del 20 D, especialmente por el éxito de Ada Colau y En comú Podem.
Debe tenerse en cuenta que el «procés» se ha construido sobre un discurso -alimentado desde el poder y sus terminales de propaganda en la sociedad civil subvencionada- según el cual el Derecho está subordinado a la política, la culpa de los males propios siempre es un tercero («Madrid»), los derechos colectivos están por encima de los individuales, etc. A esto hay que añadir que cuando Podemos empezó a aparecer en las encuestas como una opción populista capaz de canalizar la frustración que alimentaba la incorporación de los «charnegos» al soberanismo, Junts pel Si se apuntó a la demagogia izquierdista (no es casual que el cabeza de cartel fuera un antiguo dirigente de Iniciativa per Catalunya).
Como puede apreciarse se trata de un discurso que, si se enfatiza la dimensión social y se desdibuja algo el aspecto nacional, coincide con las líneas maestras de la filial catalana de Podemos, formación que además de aprovecharse de este discurso político propagado desde el poder puede, al mismo tiempo, presentarse como adalid de la nueva política y azote de la casta. Así, y gracias a la propaganda soberanista, En comú Podem se ha podido presentar al tiempo como derivación lógica del discurso político cultural dominante y como formación claramente alternativa.
No se trata únicamente de que en unos nuevos comicios Podemos pueda tener un buen resultado, sino de que el éxito ya obtenido va a hacer que la campaña de las autonómicas en primavera se articule además de en torno al proceso separatista sobre el eje izquierda-derecha.
En este contexto, la defensa de España como casa común debe ir acompañada de un programa de reformas claro, dirigido a poner el poder autonómico al servicio de la sociedad. De entrada, porque no hay mejor prueba de que Cataluña tiene un nivel de autonomía política superior a cualquier estado federal que ejemplificar con propuestas concretas lo que dicha autonomía puede dar de sí cuando se orienta al bien común y no a la construcción nacional. Pero también porque después de que el nacionalismo haya entregado el país a la extrema izquierda, el españolismo sensato puede convertirse en el refugio natural de quienes quieren que Cataluña siga habiendo gobierno limitado, libertad individual, responsabilidad personal, sometimiento del poder al Derecho y economía libre.
Y es que se repite una constante de la historia: tras los desastres producidos por la rauxa, sólo desde la lealtad a España es posible reconstruir Cataluña.
Pablo Nuevo es abogado y profesor de Derecho Constitucional.