Arranca el MWC en una edición de circunstancias marcada por el Covid

Las colas para hacerse tests anti-Covid, las únicas en un congreso que vuelve a Barcelona casi dos años y medio después y con un tercio de los asistentes habituales

La edición 2021 del salón, en una imagen de este lunes REUTERS

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«¿Dónde se hacen los tests?», era, con diferencia, la pregunta más repetida esta mañana en el recinto ferial de Gran Via de Barcelona. Los asistentes al Mobile World Congress (MWC), que este lunes ha arrancado su XIV edición, no buscaban ni ‘stands’ de las grandes firmas ni huecos en el que poder sentarse y descansar o cargar el móvil entre el bullicio. La prioridad, y obligación para poder acceder al salón, era la prueba negativa y el QR en el móvil que lo avalara.

Casi dos años y medio después, el certamen ha vuelto a Barcelona, aunque poco se asemeja a las anteriores ediciones, en las que llegaban a pasear por el recinto ferial de Gran Via unos 109.000 congresistas. El certamen, el más importante que se celebra en la capital catalana y también el de mayores dimensiones tras el Covid, apenas prevé unos 30.000 asistentes, y 50.000 en el mejor de los casos y ha llenado tres pabellones cuando solían ser ocho. Eso, sin contar con el espacio extra que ocupaba en Montjuïc el 4YFN , el hermano pequeño del Mobile, destinado a las start-up's, que este año tiene su espacio en Gran Via.

Por el contrario, grandes firmas, como Google, Samsung, Lenovo, Intel o Microsoft, han rechazado estar presentes en el certamen, pero a pesar de esto, la celebración del congreso ya es de por sí una gran noticia. Para el sector, y para la ciudad de Barcelona, esta semana es un punto de inflexión para reactivar el turismo de congresos. "Estamos muy felices. Independientemente del negocio que podamos hacer por el MWC, es una alegría que vuelva y nos permite relanzar un segmento, el del turismo de negocios, que había desaparecido ", explica a ABC Manel Casals, director general del Gremio de Hoteles de Barcelona.

Entre el sector se nota una sensación agridulce, y es que aunque la feria abre finalmente sus puertas las sensación entre los pasillos es la de que este es un MWC descafeinado. "No se ve el típico ajetreo. Poco tiene que ver con otros años y hay menos inversores , pero podemos decir que estamos aquí", comenta el responsable de una empresa con presencia en el 4YFN. "Hasta hace poco dudábamos sobre si podríamos estar aquí... o sea que esto es un logro", añade otro, en conversación con ABC.

Año de diferencias

La estampa durante la arrancada del salón , este lunes, ya demostraba grandes diferencias con los años anteriores. Este año las mayores colas no están ni en los controles de acceso ni en las paradas de taxi ni para testear el último modelo de una compañía, ponerse unas gafas de realidad virtual o comprar un bocadillo. Incluso los bares tienen las terrazas vacías fuera del horario de la comida. Todo asistente debe certificar que está libre de coronavirus y, por ese motivo, la organización ha preparado decenas de cabinas para realizar tests (tanto de PCR como de antígenos), que han concentrado las mayores aglomeraciones.

Pasado este primer trámite, el MWC se ha sumado a la nueva normalidad . Instalaciones con geles hidroalcohólicos en medio de los pasillos inundan el recinto ferial y las conexiones vía streaming , como ha traído la pandemia en el trabajo o con las reuniones escolares, se han acomodado. Los organizadores han preparado durante meses, y tras dos cancelaciones (el congreso se fechó, sin éxito, para febrero de 2020 y, a posteriori, para febrero de 2021) un certamen con formato híbrido que ha dejado pabellones, pasillos y 'stands' medio vacíos.

Los congresistas, además, van más pegados al smartphone que nunca. Y es que este año ya no existen las vistosas acreditaciones de acceso que se colgaban al cuello. El código QR existente en la app oficial, en la que se acredita el buen estado de salud, es obligado cada dos por tres: además de la entrada, las grandes empresas controlan así el aforo de sus espacios y también vía la app se pueden concertar reuniones de trabajo o reservar plazas para las conferencias. Conferencias que, como la normativa Covid indica, cuentan con una platea con sillas debidamente separadas para evitar demasiado contacto.

Camisetas inteligentes, conducción a remoto..

«Si os parece, el ‘speaker’ se quitará la mascarilla durante la presentación» , empezaba una de las presentaciones de la mañana inaugural en el ‘stand’ de ZTE, a la que asistían una treintena de congresistas. La firma ha presentado una camiseta inteligente 5G, capaz de controlar en tiempo real la salud del usuario , un avance especialmente interesante después de que el coronavirus haya puesto la salud en el centro de la tecnología. Este dispositivo 'wereable' permite detectar fallos cardíacos, fiebre u otras enfermedades y puede estar conectada, además, con servicios sanitarios que pueden activar las alarmas en caso de algún fallo de salud. Otras soluciones sanitarias, como una máquina para pedir un café solo con ' eyetracking ', prometen ser las más buscadas en esta edición.

Además, baterías de larga duración, smartphones plegables y cámaras con altísima calidad son las protagonistas entre los productos tangibles, en una edición a la que se echan en falta, eso sí, presentaciones de nuevos modelos por parte de los gigantes del sector. El clima y la conectividad también copan buena parte de los proyectos presentados, como lo es el presentado por Orange. La firma estará enseñando hasta el jueves cómo es posible controlar remotamente un barco gracias al 5G: desde el pabellón 3 del recinto ferial y con gafas en 3D se puede dirigir una embarcación no tripulada del puerto de Valencia.

Los desplantes políticos de cada año

Lo que no ha cambiado respecto a otros años es la polémica política que precede a los actos inaugurales y los desplantes de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona al Rey, que no falla nunca a su cita con el MWC. El recién investido presidente catalán, Pere Aragonès, evitó este domingo saludar al monarca durante la cena inaugural . Este lunes han vuelto a coincidir en la visita oficial al recinto ferial que las autoridades celebran cada año a primera hora pero ni Aragonès ni la alcaldesa Ada Colau lo han recibido.

Por la tarde, y a diferencia de lo que ocurría en otras ocasiones, el Monarca asistió a una de las conferencias programadas, en una muestra más de apoyo al salón. “Estoy muy agradecido de tenerte otra vez aquí. Estoy muy feliz de verte en Barcelona y muy feliz de decírtelo en persona, porque significa que ya vemos la luz al final del túnel”, le correspondió desde el atril el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni.

El socialista, encargado de dar la bienvenida a este acto, ha sido la máxima autoridad local que ha acompañado a Don Felipe a esta cita, que estaba organizada por el Mobile World Capital junto al Gobierno y que abordó la evolución humana en un mundo cada vez más conectado. La vicepresidenta Nadia Calviño también ha estado presente en la sesión.

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