Antoni Fernàndez Teixidó - Tribuna Abierta
La sobreactuación
A mayor gesticulación, correlato de la sobreactuación, más entreguismo oportunista de Aragonès a Sánchez
Avanza con frecuentes sobresaltos, la unidad de propósito y acción entre el PSOE y ERC, para garantizar la supervivencia gubernamental de unos y otros. Los disgustos menudean pero la capacidad para sortearlos y olvidarlos sigue intacta.
Objetivamente, las últimas semanas han sido especialmente duras para el designio de caminar juntos. La tensión creada por la detención y posterior puesta en libertad de Puigdemont, el recuerdo y consiguiente celebración de los hechos del 1 de octubre, el frenazo y marcha atrás en la ampliación del aeropuerto del Prat, la permanente denuncia de la figura del rey emérito, la celebración de la fiesta de la Hispanidad, son obstáculos a superar para asegurar aquello que está por encima de los principios y la convicciones políticas, la estabilidad de los gobiernos de Sánchez y Aragonès.
Para disimular, ERC sobreactúa y PSOE guarda un cómplice silencio. Hemos oído al presidente de la Generalitat despotricar reiteradamente del gobierno como instrumento de un estado represor, de la incapacidad y mediocridad de la justicia española, de la historia genocida de España en la colonización americana, y un largo etc. Palabras gruesas, de tono hiriente, de sumo desprecio, que ocultan la férrea decisión de atar la suerte de los republicanos catalanes a los socialistas españoles. A mayor gesticulación, correlato de la sobreactuación, más entreguismo oportunista de Aragonès a Sánchez.
Más allá de la estabilidad parlamentaria, los republicanos necesitan tiempo para modular transitoriamente su discurso radical, para poner en creciente contradicción a JpC, y en última instancia, alejar cualquier eventualidad de una posible victoria de los conservadores.
No les crean, sobreactúan, para que su electorado acepte el giro del partido hacia la presunta moderación por consideraciones exclusivamente tácticas. Nada más lejos de su intención que dar por finalizado el Procés. Lo volverán a intentar.
Los socialistas lo saben, pero ambos fingen que cada día que pasa es una pequeña victoria.