Antoni Fernández Teixidó - Tribuna abierta
Resignados ante el expolio
«Se acepta con resignación, víctimas de una inexplicable mala conciencia, los impuestos que pagamos»
Con frecuencia, informaciones y artículos, constatan la insoportable asfixia fiscal que padecen los españoles, con un sistemático aumento de impuestos. Hemos escrito tantas veces sobre fiscalidad, hemos argumentado y contra argumentado, tan a menudo, que cuesta creer que la sociedad española acepte resignada una realidad próxima al expolio. Cientos de miles de contribuyentes se quejan amargamente cuando pagan sus tributos, pero la cosa no va mucho más allá.
Sabemos cuan brutal es nuestra presión fiscal. Les ahorraré la consabida retahíla de datos concluyentes. La Fundación Civismo ha publicado un magnífico informe y, de nuevo, conspicuos liberales han clamado en el desierto.
Socialistas y conservadores de todos los partidos argumentan que nuestra presión fiscal es perfectamente homologable a la media europea, sin tener en consideración una realidad esencial, nuestro esfuerzo fiscal. Dividan el montante del importe pagado por los contribuyentes españoles, entre el PIB per cápita, multipliquen por 100 y obtendrán la cifra exacta. Esa debería ser la vara de medir a la hora de evaluar qué significa pagar impuestos en España.
Se acepta con resignación, víctimas de una inexplicable mala conciencia, los impuestos que pagamos. Está tan interiorizado el modelo socialdemócrata de tributación que reaccionamos con incredulidad cuando se nos explica que debemos trabajar casi 200 días para cumplir con nuestras obligaciones tributarias. Piénsenlo fríamente y escandalícense.
Es peor aún la situación en Cataluña, con un tipo marginal máximo del IRPF del 51 por ciento, y mueve a la indignación que determinados líderes socialistas exijan una armonización fiscal al alza denunciando el comportamiento de la Comunidad de Madrid. Suele creerse que este asunto afecta solo a las clases medias, desconociendo que los trabajadores también soportan una feroz carga tributaria.
Resumiría este artículo escribiendo: defendamos nuestra libertad y no nos resignemos, vencidos, ante el grosero expolio fiscal de todos los Gobiernos; en particular, de los de izquierdas.