Antoni Fernández Teixidó - TRIBUNA ABIERTA
La mala conciencia
Estos ciudadanos pertenecientes a las clases medias catalanas, jamás se distinguieron por su compromiso en la lucha contra el general Franco.
Hemos padecido en Catalunya disturbios gravísimos protagonizados, noche tras noche, por centenares de jóvenes airados y violentos. Hemos contemplado estupefactos la inexistente respuesta del Govern. El conseller Sàmper ha sido el paradigma de la indecisión, contradicción y dejación de funciones. Los Mossos d’Esquadra y la policía municipal han recibido innumerables críticas por defender con mesura la propiedad pública y privada. Se entiende esa deplorable actitud, si se conocen los intereses de partido que condicionan la negociación del próximo gobierno de la Generalitat. Los pactos, semi pactos, acuerdos y desacuerdos entre ERC, JpC y la CUP reflejan una sorda disputa por el poder.
Algunas de las declaraciones de los independentistas y los anticapitalistas han sido delirantes y determinados acuerdos execrables. Mientras la Cup jaleaba y alentaba a los violentos, ERC y JpC denunciaban el «obsoleto» modelo policial catalán. De suyo, nada nuevo.
¿Por qué determinados sectores de la opinión pública catalana, justifican y consienten este marasmo de violencia extrema? Aventuro una hipótesis. Muchos de los ciudadanos que hoy apoyan a los soberanistas, emprendieron hace tiempo su particular ajuste de cuentas con la dictadura franquista de modo que atenuara una incómoda mala conciencia. Por supuesto, estos ciudadanos pertenecientes a las clases medias catalanas, jamás se distinguieron por su compromiso en la lucha contra el general Franco.
Son los mismos que tildan al PP y a Vox de herederos de la derecha franquista y les caracterizan como organizaciones no plenamente democráticas, alimentando una implacable denuncia de su derechismo. Son aquellos que equiparan a los Mossos con los odiados cuerpos represivos de la dictadura, trazando paralelismos inaceptables Contemporizan con la corriente mayoritaria y justifican la propuesta de separación de España argumentando que el Estado es origen de todos los males y artífice de la represión indiscriminada que el independentismo soporta.
No parece importarles que nuestras libertades estén en peligro. Unos las atacan en las calles y otros se muestran cómplices acomodados. Estos últimos nunca se preguntarán, ¿hicimos contra el franquismo, todo cuanto debíamos para recuperar nuestras libertades?