Ángel González Abad - LOS MARTES, TOROS

Valor y pasión, y más en Cataluña

Es un milagro que una auténtica resistencia de aficionados se mantenga cuando ha pasado una década desde que se dio la última corrida de toros en la Monumental

El Juli en la plaza de La Monumental de Barcelona, en una imagen de archivo Inés Baucells

Ángel González Abad

Mientras en Madrid sigue rutilante la Feria de San Isidro, en donde se vive la cara de mayor esplendor de la Fiesta, esa misma Fiesta también se vive, incluso con mayor intensidad, por quienes tienen que luchar por mantenerla viva. Y si tauromaquia es el magisterio de El Juli, también lo es clamar por la libertad cercenada en una tierra en donde una gran mentira política prohibió contra derecho las corridas de toros, una abolición que se mantiene por el miedo empresarial a la situación social y política que se vive en Cataluña.

Vamos, que ser aficionado es más fácil en Madrid y en San Isidro que en Barcelona. Es un milagro que una auténtica resistencia de aficionados se mantenga cuando ha pasado una década desde que se dio la última corrida de toros en la Monumental, es un milagro que no pocas peñas sigan organizando jornadas culturales y viajes para acudir a plazas del resto de España y de Francia. Y es un milagro que la Escuela Taurina de Cataluña mantenga con el mismo entusiasmo que hace veinte años la formación de chavales que en Cataluña sueñan con ser toreros.

Cada fin de semana, el exilio, madrugones e interminables horas de carretera para ponerse delante de un becerro. El domingo, dos de los alumnos más aventajados, Mario Vilau y Alba Caro, participaron en el bolsín de peñas taurinas de Zaragoza 'Soñando sus sueños', y dejaron claro que tienen condiciones. Mario se ganó el paso a la final, y Alba toreó con temple y raza. A la Escuela siguen apuntándose nuevos alumnos, los compromisos se multiplican, y hay que hacer malabares económicos para afrontar todo y, sobre todo, no defraudar ni frenar las ilusiones de los chavales. Castellón, Aragón, Francia… son los destinos de las clases prácticas para quienes eso de la igualdad no parece que vaya con ellos. Hace falta mucho valor para querer ser torero, hace falta mucha pasión para ser aficionado, y más en Cataluña.

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