Ángel González Abad - Los martes, toros

Podemos, tras los pasos de CiU

«Los principales empresarios, toreros y ganaderos callaron vergonzosamente ante los ataques nacionalista»

Ángel González Abad

A Podemos lo han calificado estos días en Portugal como la gran desilusión, y en uno de los medios de mayor influencia publica explican las claves de cómo el partido de Pablo Iglesias se ha convertido en tan poco tiempo en aquello que tanto criticaba. La verdad es que no les han faltado espejos en los que mirarse, que hasta la extinta Convergència i Unió, con su líder Pujol y con toda su carga inmensa de decepciones, incluidas las corrupciones, les ha podido servir de ejemplo.

No se trata de paralelismos con el caso Palau o el de las ITV, no. Ni el de de Banca Catalana, ni el del 3 por ciento, siquiera. Son los modos, el sectarismo, el caminar hacia el pensamiento único, que al final lo mismo da. Para la Cataluña feliz diseñada por Pujol sobraba todo lo que oliera a España. Y de ahí, el Ebro que nacía en tierras extrañas, que aprendieron generaciones de chavales, y el español, orillado y perseguido... y los toros. ¡Fuera!

En todos los niveles un premeditado modo de acción. Sobre la tauromaquia, el señalamiento primero de «franquista y para turistas», el adiós a las plazas portátiles y, unos años antes de la abolición contra derecho en el Parlament, la prohibición de la entrada de menores de 14 años en los cosos taurinos. Un cerco urdido desde el poder político.

Podemos sigue sus pasos. En el Estado de Iglesias, Pablo, los toros tampoco son bien recibidos, que hay que vestirse con las mejores galas animalistas, aunque sean más falsas que el beso de Judas. Por eso, la pasada semana, en plena crisis sanitaria y cataclismo económico, registraron una enmienda a la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia que incluye prohibir la entrada a los espectáculos taurinos a los menores de edad. Como en Cataluña, sin ir de frente. Y como en Cataluña, sin la respuesta de quienes tendrían que velar por el futuro de la Fiesta. Los principales empresarios, toreros y ganaderos callaron vergonzosamente ante los ataques nacionalistas. Silencio también ante la ofensiva podemita, que tiene el camino bien trazado, aunque CiU haya acabado como ha acabado.

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