Ángel González Abad - Los martes, toros
Nostalgia, zozobra, esperanza
El acoso y derribo que llevó a la prohibición contra derecho de las corridas de toros fue el primer 1 de octubre, el ensayo de aquellos días para el olvido de hace tres años
La Monumental de Barcelona siempre ha estado vacía en estas fechas de diciembre. Conforme se acercaba la Navidad, los aficionados se mostraban nostálgicos de una temporada ya en el recuerdo. Se discutía sobre el triunfador, sobre tal o cual faena, sobre aquel toro o ese novillero que debía ser puesto en los primeros carteles de la primavera siguiente. Había nostalgia y mucha ilusión por lo que podía venir. Era tiempo de tertulias, todo proyectos y esperanzas.
Ahora, pasear junto a la Monumental, igual de vacía en diciembre, ya no es lo mismo. Desde hace una década, la esperanza se convierte en zozobra. Y aunque la ilusión sigue viva, los aficionados se topan con la realidad de quienes tomaron la tauromaquia como un enemigo a batir.
El acoso y derribo que llevó a la prohibición contra derecho de las corridas de toros fue el primer 1 de octubre, el ensayo de aquellos días para el olvido de hace tres años. Pero mientras el nacionalismo catalán sabía perfectamente lo que hacía con la Fiesta, desde el resto de España nadie le dio importancia. ¡Total, son los toros!
Y los toros dieron pie a otras muchas cosas, hasta aquel primero de octubre de 2017, con todas sus consecuencias.
Ahora, no solo la Monumental esta vacía. La lucha contra el terrible virus ha dejado bajo mínimos, cuando no cerrados, los cines y teatros, el ocio, la cultura... Pasar junto a las salas vacías no deja indiferente a nadie.
Nostalgia, zozobra, esperanza también. Solo que el enemigo a batir es otro. Al virus lo venceremos, la mentira política de una prohibición, que legalmente no existe, sigue instalada en el ideario de unos, y, desgraciadamente, en el reflejo inconsciente de muchos.