¡No es el Pacma, estúpido!

El Pacma, el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal, que en principio tenia la “A” de animalista como una “A” de antitaurino, no va a presentarse a las elecciones catalanas. La verdad es que en anteriores comicios, sus representantes nunca han conseguido el respaldo popular necesario para alcanzar un escaño, ni en el Parlament ni en el Congreso. La razón de su ausencia en la batalla electoral es tan clara como que no han sumado los 5.600 avales necesarios, y eso que desde hace unas semanas lanzaron una campaña a la desesperada entre sus afines para llegar a esa cifra. ¡Os necesitamos con urgencia! fue la llamada que desde la dirección del Pacma se lanzó en redes sociales. Total, para nada.

Sin embargo la participación del Pacma sí fue decisiva para abrir el debate que finalmente acabó con la prohibición contra derecho de las corridas de toros por el Parlament en 2010. Todo nació de aquella plataforma PROU, de oscuros orígenes, y su iniciativa legislativa que llegaba a un terreno abonado por el nacionalismo desde hacía muchos años. El Pacma, ADDA, Anselmi..., muchos se colgaron la medalla, pero el trabajo estaba hecho, solo quedaba asestar el golpe final. La prohibición de las corridas de toros fue una decisión política del nacionalismo, antes de virar al independentismo. Desde que las huestes pujolianas tildaron la Fiesta de “franquista y para turistas, ajena a Cataluña”, solo era cuestión de tiempo que alguien rematara la faena. Lo de que no se ajustará a derecho, una nimiedad.

Al Pacma nadie le votará en Cataluña por su irrelevancia, pero es que “¡No es el Pacma, estúpido!”.