Ángel González Abad - Los martes, toros
El idilio con José Tomás
«El primer domingo de agosto de hace ahora veinticinco años debutó José Tomás en la Monumental»
El primer domingo de agosto de hace ahora veinticinco años debutó José Tomás en la Monumental. Fue el comienzo de un apasionado idilio entre el torero de Galapagar y la afición de Barcelona, una relación que ha ido mucho más allá de sus triunfos en el ruedo.
Y eso que la primera no hizo suponer todo lo que vendría después. Aquel domingo agosteño de 1996 se lidiaron toros de El Sierro por Chamaco, Pepín Liria y un joven madrileño que venía precedido de una buena carrera novilleril y una alternativa mexicana tomada en diciembre del año anterior. Las crónicas hablaron de la falta de transmisión en su primero y de su temple ante el rebrincado sexto.
Repitió pronto, los éxitos se sucedieron. La afición lo iba encumbrando, él siempre lo daba todo en el ruedo. Arrollador en Madrid, triunfos en todas las ferias importantes, pero Barcelona en el ojo del huracán de un torero cada vez más grande. El 17 de julio de 2000 se entretuvo en cortar tres orejas a una corrida de Cuvillo, y una semana después le cortó un rabo a un toro de Garcigrande. Ya no se podía hablar de José Tomás sin la referencia de todo lo que desplegaba sobre la arena de la Ciudad Condal. Despertó a una afición, que reencontró el camino a la Monumental.
Durante los cinco años en los que se apartó de los ruedos, los aficionados catalanes se sintieron huérfanos, y el anuncio de su esplendorosa reaparición el 17 de junio de 2007 devolvió la ilusión perdida. A partir de aquel momento, más unidos si cabe. El indulto a “Idílico” en 2008, la explosiva corrida en solitario del año siguiente…, y el final en la Mercè de 2011.
Veinticinco años ya del comienzo de una de las historias más intensas vividas en una plaza de toros. Joselito y Belmonte, Manolete, Chamaco, Mario Cabré, Joaquín Bernadó…, y José Tomas. Punto y seguido.