Ángel González Abad - Los martes, toros
El expreso de Madrid, a su hora
«El romántico idilio del famoso torero y la señorita de la alta sociedad catalana acabó en boda»
Hace ahora un siglo, el 5 de marzo de 1920, una de las noticias de Barcelona que este diario publicaba, hacia referencia a que el tren expreso de Madrid había llegado a la Ciudad Condal sin retraso, a su hora, y sin que los pasajeros hubieran tenido que realizar transbordo alguno. Ni las comunicaciones ni el ambiente social que se vivía en aquellos años hacía fácil la convivencia y, por eso, la llegada del tren en fecha y hora era de por sí tal noticia que hasta se indicaba la identidad de los pasajeros. Aquel día recaló en Barcelona el matador de toros, por entonces ya retirado, Ricardo Torres «Bombita», que tuvo una gran relación con Cataluña, y no solo por los éxitos que cosechó en su plazas. Bombita se había casado un año antes con María Regordosa Jover. El romántico idilio del famoso torero y la señorita de la alta sociedad catalana acabó en boda. La finca Torrejuana de Santa María de Moncada fue escenario de una gran fiesta.
Tan popular era Bombita por estos lares, que cuentan que en la estación de Moncada hasta que no llegaba el diestro, el tren no arrancaba. «Encara no marxem?», preguntaban los viajeros. «No, esperem al torero», contestaba el maquinista.
Pasaron los años, Ricardo Torres abandonó los ruedos con más de treinta cicatrices serpenteando su cuerpo y con el aplauso y agradecimiento de sus compañeros al haber creado el Montepío de Toreros. En noviembre de 1936 falleció en Sevilla a consecuencia de una intervención quirúrgica, pero una vez acabada la Guerra Civil sus restos fueron trasladados al mausoleo familiar en el cementerio de Santa Coloma de Cervelló. Allí descansa junto a su esposa un torero de dinastía que hace un siglo fue noticia porque el tren que le llevaba de Madrid a Barcelona llegó en hora y sin incidencias a la estación de la capital catalana.