Ángel González Abad - Los martes, toros
Una explicación por Navidad...
Cuánto daríamos por las explicaciones de los responsables políticos que llevaron a aquella abolición ilegal
Se quejan los compañeros que siguen la información de La Moncloa de las ruedas de prensa sin preguntas, o con contadas interrogaciones, al presidente del Gobierno en funciones. Y tienen razón en levantar la voz, como ha secundado la Fape. Ruedas de prensa que no lo son, vestidas de la lectura de un comunicado sin réplica.
Es lo que hay, los nuevos tiempos que van orillando las prácticas básicas de una democracia aplicando una censura encubierta, y hasta sin encubrir. Pero si esto pasa en el mundo político, qué más quisiéramos los aficionados a los toros, que todos los responsables de que en Cataluña estén censuradas, que no prohibidas, las corridas de toros, ofrecieran una respuesta siquiera similar. Cuánto daríamos por las explicaciones de los responsables políticos que llevaron a aquella abolición ilegal. Tanto de los que entonces se pusieron de parte del aficionado como de los que votaron por la prohibición. Unos y otros se mantienen en silencio. Por no hablar de los que tienen en la mano los mimbres para organizar de nuevo una corrida de toros. Lo que significaría para los aficionados unas palabras de Pedro Balañá III, el heredero de un imperio taurino que ahora tiene su recuerdo en la Monumental de Barcelona vacía. Pero ni una intervención por plasma, ni un comunicado, ni, mucho menos, una rueda de prensa. Nada que vaya más allá del “de momento, no” que musitó hace ya mucho tiempo para referirse a su futuro como empresario taurino.
En estos días de Navidad, se agradecería una explicación que hiciera comprender el porqué. Pero de aquella mentira política que resultó ser ilegal, nadie se responsabiliza. Total, si por aquí la Justicia está en hora bajas...