Ángel González Abad - Los martes, toros
El espíritu del Liceo
«Diez años ya de una noche en la que se respiró esperanza, pese a la deserción de algunos»
En este mes de abril de confinamiento, de dolor, enfermedad y muerte, se cumplen diez años de una noche en la que ABC se apretó los machos y en el Gran Teatro del Liceo, en el santuario de las Artes defendió, clamando a toda voz y sin complejos, la libertad de ir a los toros. “El Arte no tiene Patria”, la frase que preside el salón de los espejos, en donde esté periódico convocó a la sociedad catalana, fue el argumento del entonces director, Ángel Expósito, para introducir la lucha por la libertad.
En esos días estaba programado ya el debate en el Parlament que desembocó en la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, que años después el Tribunal Constitucional sentenció contra derecho. Y al Liceo acudieron, para apoyar a los aficionados catalanes, matadores de toros como El Viti y Joaquín Bernadó, dos leyendas en los ruedos barceloneses, y Ponce y Esplá; ganaderos como Victorino Martín, Miura, Núñez del Cuvillo y Juan Pedro Domecq, y empresarios, apoderados... Una noche de luces en la que también tuvieron su protagonismo políticos que entonces miraban a la Fiesta de cara y ahora permanecen huidos y lejos de la resistencia que mantienen viva muchos aficionados. Allí estuvieron -¡qué cosas!- en primera línea de defensa Santi Vila, David Pérez y Albert Rivera.
“Los toros no han sido nunca patrimonio de una región, una ideología, una clase social o un nivel económico: es una Fiesta verdaderamente popular, en la que libremente participan aficionados de todos los sectores”, rezaba, y reza, el manifiesto de ABC por la libertad de ir a los toros, que sigue plenamente vigente.
Diez años ya de una noche en la que se respiró esperanza, pese a la deserción de algunos.
Aquel día de la primavera de hace diez años se clamó por la Fiesta en el gran templo de las libertades y del arte. Entre las paredes del Liceo quedaron unidas para siempre.