Ángel González Abad - Los martes, toros

La anormalidad antes del virus

«Para encontrar una normalidad catalana habría que irse más atrás, cuando se reconocía el empuje; cuando, de verdad, era una tierra de acogida»

Ángel González Abad

Rebrotes o segunda ola, lo cierto es que los contagios se siguen contando por miles y las muertes por el maldito virus, no cesan. En un paisaje que sigue aterrador atravesamos un verano más fundido en negro que luminoso y alegre. Nada es parecido a la normalidad en esta Cataluña, si nos olvidamos de los políticos. Claro que, aquí, definir como normalidad la situación que se vivía antes de la pandemia no parece lo más exacto.

Para encontrar una normalidad catalana habría que irse más atrás, cuando se reconocía el empuje; cuando, de verdad, era una tierra de acogida; cuando Barcelona era una ciudad abierta, libre y cosmopolita. Aquella normalidad se fraguó con generaciones de catalanes que vivían y trabajaban sin un asfixiante yugo político-soberanista, del que nadie sabe su final. En momentos de gran convulsión social, Barcelona no se replegaba, al contrario. Las luchas obreras de los años veinte tenían el contrapunto de unas irrefrenables ganas de vivir. Teatros, salas de fiesta, cafés... en una vorágine de diversión, y tres plazas de toros en pleno funcionamiento. Y así siempre hasta hoy, bueno, hasta antes de hoy. Que con la normalidad de antes de la pandemia, el telón de fondo de la política describía una situación muy diferente, con el miedo atenazando la cultura emprendedora y empresarial. Decía Ortega, Gasset no Domingo, que para entender nuestra historia había que comprender antes la historia del toreo, y si en algún lugar se cumple su teoría es en Cataluña. De una pasión traspasada de generación en generación, a la imposición de un cerco nacionalista hasta su desaparición. Y en medio, una gran mentira política en forma de prohibición contra derecho, y ahora, el miedo empresarial ante lo que pueda pasar si alguien se atreve a organizar una corrida de toros en Cataluña. Sin duda, el reflejo de la normalidad antes del virus, que, en realidad, no era tal. Anormalidad, más bien.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación