Ángel González Abad - Los martes, toros
Luz de gas
La Federación de Entidades Taurinas de Cataluña se quiso traer a Barcelona ese aire fresco, lejos del pensamiento único, que todavía es la tauromaquia para muchos catalanes
En este entramado de mesas de diálogo, entre partidos o entre gobiernos, con Torra o sin Torra, y con Junqueras en la cárcel, seguro que a alguien le están haciendo luz de gas, ese abuso psicológico que lleva a la víctima a dudar de sus propias percepciones. Algo parecido a lo que está ocurriendo, vamos.
Pero aunque al final, alguien no se dé cuenta de lo que ocurra y al final hasta lo justifique, lo importante de esta luz de gas que les presento no pasó en las negociaciones a tres, o más bandas, para formar gobierno, si no en la popular discoteca barcelonesa que lleva ese inquietante nombre.
En Luz de gas, así, con mayúscula, se concentraron hace unos días un nutrido grupo de aficionados a los toros, tan maltratados, y no solo psicológicamente, para disfrutar de la presentación de la revista Quites, una edición auspiciada por la Diputación de Valencia, que renace después de muchos años en el olvido, y que ofrece diferentes puntos de vista de todo el fenómeno taurino.
La Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, con Paco March al frente, se quiso traer a Barcelona ese aire fresco, lejos del pensamiento único, que todavía es la tauromaquia para muchos catalanes. Y en Luz de gas estuvieron hablando de toros, hablando de la vida, el maestro Luis Francisco Esplá, el poeta Carlos Marzal, el periodista y director de la revista, Salvador Ferrer, y el director del Centro de Asuntos Taurinos de la Diputación de Valencia, Antoni Gázquez, que coordinados por March, ofrecieron diferentes visiones sobre la Fiesta, todas bajo el paraguas de la libertad ante una manifestación artística y cultural.
Un día en que la luz de gas resultó más clara y más diáfana que nunca. Quizás porque se habló de toros. Quizás.