Alberto Fernández - Tribuna Abierta
La amnesia de Colau
El próximo 24 de mayo se cumplirá un año de las últimas elecciones municipales, aquellos plebiscitos que otorgaron una victoria por la mínima a Ada Colau, tan solo 11 de 41 regidores, muy lejos de los 21 concejales que dan la mayoría absoluta. Durante aquella campaña Colau aseguró que llegaba a la alcaldía para cambiarlo todo, ya que consideraba que el Ayuntamiento estaba gobernado por la ‘casta’. La nueva alcaldesa no se planteaba políticas de pactos y menos con partidos como el PSC que había gobernado Barcelona durante 32 años seguidos. Pero la amnesia de Colau a sus promesas de campaña y los nervios de estar en minoría aparecieron, provocando que la alcaldesa cerrase la semana pasada un acuerdo con el socialista Jaume Collboni para formar un nuevo bipartito municipal de izquierdas en Barcelona.
A pesar de los continuos desprecios de Colau hacía anteriores gobiernos municipales socialistas, el PSC ha jugado un papel de meritorio de la alcaldesa desde el primer día de mandato municipal. Primero voto gratis la investidura de Colau. Después le apoyó en los principales proyectos como las Ordenanzas Fiscales o la reciente modificación presupuestaria. Demostrando en todo momento, que el PSC renunciaba a ejercer de oposición solida a Colau.
Ahora sobre este acuerdo solo escuchamos hablar de «poltronitis» y reparto de cargos de gobierno, pero nada de proyectos de ciudad. Cuando lo lógico era establecer primero un acuerdo de contenidos, consultarlo a las bases, y después repartirse los cargos. Al final se ha hecho todo al revés, confirmando que el PSC estaba más preocupado por las poltronas, que en lo que debe ser importante y de interés para la ciudad. Un consistorio con estabilidad y mayoría suficiente para gobernar según las prioridades imprescindibles: el empleo, la lucha contra la crisis, la mejora de las políticas sociales, la seguridad, y la mejora de los barrios.
Tras este pacto, el Ayuntamiento seguirá siendo inestable, porque el Gobierno sólo dispondrá de 15 concejales, una minoría absoluta, mientras en la oposición seremos 26 regidores, y lo que es peor, es un acuerdo que no rectifica equivocadas políticas de Colau, que han paralizado la actividad económica de la ciudad, y han situado al Ayuntamiento en el esperpento y la gesticulación permanente, lejos de resolver los verdaderos problemas de Barcelona.
El PSC tendrá que explicar si cambiará sus críticas hacia algunas propuestas presentadas por el gobierno municipal de Colau, ya que mientras sabemos que Colau quiere gobernar también con ERC y CUP, el PSC deberá aclarar si está dispuesto a gobernar Barcelona con los antisistema y los independentistas. El silencio de Collboni es clamoroso, pero tendrá que explicar que pasará con proyectos como el carnet para legalizar manteros o la petición para hacer desaparecer la Unidad Especial de la Guardia Urbana (USP), peajes pagados por Colau a la CUP para conseguir el sí definitivo en la aprobación de presupuestos.
ALBERTO FERNÁNDEZ ES PRESIDENTE DEL GRUPO MUNICIPAL DEL PP EN BARCELONA