Amenazados

Como si de una maniobra estratégicamente orquestada se tratara, el Gobierno de la Generalitat, los diputados y los opinadores al servicio del «proceso» secesionista, bombardean día sí día también a la opinión pública, mediante el uso de redes y foros abiertos para distraer a la ciudadanía de algunas noticias adversas a sus delirios; como son el primer ingreso en prisión del jefe de «la banda de los Pujol», la imputación de Carme Forcadell y la Mesa del Parlament o de Cataluña, y los ridículos internacionales de Artur Mas, Carles Puigdemont y Raül Romeva. Al intento de golpe de Estado institucional se une ahora la campaña de amenazas y advertencias a los funcionarios públicos, en la que se les reclama que manifiesten su disidencia obedeciendo unas órdenes que son ilegales y afectan al Estado de derecho y a la democracia. Y amenazan quienes sistemáticamente están desobedeciendo y pasándose por el forro la legislación básica común a todos, además de hallarse condenados, imputados o a punto de serlo aunque sigan sacando pecho.

Sin ser funcionario, me pongo en la piel de quienes dependen de las administraciones públicas, que son su medio de vida y soporte económico, y me invade una sensación de desasosiego y, sobre todo, de temor al futuro una vez recibidas las amenazas oficiales.

No puedo entender, por más que lo intento, el silencio de la sociedad y la timidez con la que se manifiestan las personas no sometidas al régimen catalán.

Pero no quisiera acabar esta reflexión, o mejor dicho, denuncia pública, sin manifestar a todos estos miles de ciudadanos afectados por la amenaza que aquí estamos presentes para ayudar, en la medida de nuestras posibilidades, a proteger los intereses de todas las personas que se sienten catalanas y españolas y creen en la democracia y la convivencia. A los secesionistas sólo les queda ya el recurso de amenazar a la desesperada, pues son conscientes de que jamás conseguirán por la vía de la normalidad y la legalidad, sus objetivos.

Mariano Gomà es presidente de Societat Civil Catalana