Un amasijo de hierros para reformar el Teatro Romano de Tarragona
El Ayuntamiento abrirá el espacio a las visitas guiadas con una controvertida estructura metálica que simula la grada
El antiguo Teatro Romano de Tarragona, cuya construcción se fecha en el siglo I dC y que forma parte del conjunto declarado Patrimonio Mundial por la Unesco , abrirá al público con una nueva cara a partir de mediados de mayo , coincidiendo con el festival de recreación histórica Tarraco Viva, que no ha gustado a todos los sectores de la ciudad.
El yacimiento histórico está ultimando a día de hoy la primera fase de unas obras que costarán en total alrededor de un millón de euros y que han pretendido hacer más visitable el monumento, mostrar mejor los nuevos descubrimientos arqueológicos y explicar mejor los restos en la zona . Ahora, hasta mediados de mayo se acabará de preparar la apertura de puertas de la instalación tal y como explicaron ayer los responsables del Museo Nacional Arqueológico de Tarragona (MNAT).
Históricamente, el Teatro se convirtió en un equipamiento muy importante durante un siglo en la zona portuaria de la antigua Tarraco, hasta que decayó por el empuje de otros espectáculos, como el circo y el anfiteatro, que también se conservan. Con el paso de los siglos, el espacio estuvo a punto de desaparecer porque durante una época se pretendío alzar allí bloques de pisos.
El objetivo final con estas obras es que más adelante tanto el propio teatro como las termas de Sant Miquel y un ninfeo (una zona de fuentes ornamentales de la época), que están ubicados en la misma zona, pueda convertirse en un parque arqueológico que explique mejor el pasado romano de la ciudad . Desde el Ayuntamiento contemplan que este parque podría llegar hasta el popular edificio de Tabacalera, que albergaba una necrópolis.
Los trabajos, sin embargo, no han esquivado la polémica: especialmente por la estructura de hierro transitable que han instalado en pleno teatro y que, según los organizadores, busca rememorar cómo era la antigua grada –que tenía capacidad para 5.000 espectadores–. La antigua grada conservaba hasta ahora parte de las cinco filas inferiores y su nueva imagen ha despertado críticas por su excesiva modernidad .
Los grupos municipales de la oposición han recriminado la intervención, entre otros aspectos, por haber actuado sin tapujos encima de un monumento tan antiguo, por taparlo con la estructura metálica y por su utilidad. También hay quien reprocha que el proyecto no tenga nada que ver con el resto de restos romanos de la ciudad. Los impulsores del proyecto, por el contrario, ven como un punto muy positvo la "interpretación contemporánea", que permitirá "entender" mejor el monumento, tal y como defendió ayer una edil tarraconense y recogió Efe.
El equipamiento, que antes de las obras podía visitarse casi de manera excepcional cuando se producían eventos especiales, podrá visitarse desde este mayo con guías y reserva previa los fines de semana.