Adanismo y totalismo

Me cuenta una psicóloga que la personalidad inmadura –sentimental, impaciente y caprichosa– se caracteriza por rasgos infantiles como el huir de la realidad a través de la fantasía.

Miquel Porta Perales

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Visto

En los actos del secesionismo se percibe el complejo de superioridad. De largo viene la cosa. Dicen que Cataluña tuvo el primer Parlamento, y la primera democracia y confederación, del mundo. De hacer caso al libro Aportaciones catalanas universales (2015), en Cataluña se inventó –entre otras– la máquina automática de secar café, la pistola larga o el Chupa Chups. La campaña electoral constata –no es broma– el adanismo que no cesa y sus exigencias. A saber: como Cataluña inventó el derecho a decidir, debe ejercerlo; como Cataluña existe antes que España, tiene derecho a Estado propio; como Cataluña es europeísta antes que Carlomagno, Bruselas debe amoldarse. Me cuenta una psicóloga que la personalidad inmadura –sentimental, impaciente y caprichosa– se caracteriza por rasgos infantiles como el huir de la realidad a través de la fantasía. No suele tener en cuenta las consecuencias de sus actos. Todo por la autoafirmación.

Oído

El secesionismo satisface los criterios que el psiquiatra Robert Jay Lifton estableció para caracterizar el «totalismo». La campaña lo confirma. El secesionismo es un totalismo, porque controla el ambiente, estimula la respuesta deseada, exige la pureza de lo propio, diseña una guía de la verdad, imparte una doctrina sagrada, construye una neolengua y establece una comunidad de creyentes. El autor habla de «rito de iniciación», «coerción psicológica» o «persuasión coercitiva». Lifton es un referente en el estudio del pensamiento sectario.

Observado

¿Diálogo? Hay que ir con pies de plomo. ¿Cómo entiende el diálogo el secesionismo? Tres posibilidades. Primera (secesionismo radical): la Generalitat y el Estado han de pactar la convocatoria y celebración de un referéndum de autodeterminación. Segunda (secesionismo moderado): el Estado ha de impulsar una Ley de Claridad a la canadiense –versión integrista catalana– que permita celebrar dicho referéndum. Tercera (secesionismo posibilista): una reforma constitucional que reconozca Cataluña como nación y otorgue competencias superexclusivas en fiscalidad, educación, lengua y cultura.

Adanismo y totalismo

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