Jaume Collboni - Tribuna Abierta
El 8 de marzo, todas a una
«Hoy el debate va más allá de un acto reivindicativo que toma las calles de nuestras ciudades»
El 8 de marzo del 2018 fue un día extraordinario. Ese día infinidad de personas tomaron conciencia de que los derechos de la mujer, incluso más allá de las proclamas feministas, son un objetivo que nos afecta a todos. Nunca tantas mujeres y hombres de todas las edades y de toda clase social salieron a la calle juntos para exigir una obviedad tan evidente, en un ambiente de complicidad, entusiasmo y, para disgusto de algunos, sentido común.
Aquel día todo parecía indicar que nuestra sociedad daba un paso de gigante para igualar los derechos de hombre y mujeres y para acabar con la violencia de género y de hecho lo dio, prueba de ello es la contundencia y el consenso con el que se esperan las manifestaciones del próximo día internacional de la mujer. Pero en este año han sucedido muchas cosas y no todas indican que estemos en la buena dirección. Trump, Bolsonaro, Salvini o la reciente aparición de Vox en la escena política española, entre otros signos de retroceso ideológico demuestran, lamentablemente, que los derechos sociales e incluso los personales no son una realidad irreversible y que luchar por ellos cada día sigue siendo imprescindible.
Hoy el debate va más allá de un acto reivindicativo que toma las calles de nuestras ciudades y por eso se plantea un paro laboral que con diversos formatos y con llamamientos de distinto orden quiere recordarnos que, a veces, lo que parece esencial todavía es muy frágil.
A las justas reivindicaciones de las mujeres se les opone con inusitada fuerza un movimiento reaccionario, misógino y antifeminista que analiza con rencor el progreso de más de la mitad de la población humana y que debemos denunciar cada día con la misma fortaleza que nos manifestamos en la calle hace un año. Aunque parezca un contrasentido quiero pensar que estas políticas son el último coletazo de un pasado en proceso de extinción porqué más allá de una reivindicación social la igualdad de derechos entre hombre y mujeres es un hecho determinante para nuestra civilización.