Ángel González Abad - Los martes, toros
Fue un 27 de febrero de hace cien años
Había mucha expectación ante la inauguración del nuevo recinto taurino, que se unía a los otros dos en funcionamiento de El Torín, en la Barceloneta, y Las Arenas
Hace cien años las cosas no eran fáciles en Barcelona. Pese a que los teatros y locales de esparcimiento bullían, el aumento del precio de los productos básicos, especialmente el trigo, provocó que en muchas fábricas los obreros se pusieran en pie de guerra. Las asambleas se sucedían, las detenciones también, mientras las autoridades intentaban dar explicaciones. Convulsión social en los seiscientos mil barceloneses, que miraban de reojo una cada vez más encarnizada guerra en Europa.
En aquella Barcelona de la segunda década del pasado siglo nació un nuevo coso taurino. La Monumental abrió sus puertas el domingo 27 de febrero de 1916 sobre el coso que dos años antes comenzó a funcionar bajo el nombre del Sport. Una profunda reforma que amplió sus localidades a 24.000, una auténtica plaza monumental surgida bajo las directrices del gran Joselito El Gallo, que apostó decididamente por los grandes recintos para que los precios bajaran y así pudieran acceder a las plazas un mayor número de aficionados.
Aquel 27 de febrero el sol lució espléndido pese al frío viento del norte. Había mucha expectación ante la inauguración del nuevo recinto taurino, que se unía a los otros dos en funcionamiento de El Torín, en la Barceloneta, y Las Arenas. Los tendidos casi se llenaron cuando sonaron clarines y timbales y Joselito, Posada y Saleri II pisaron la arena para recorrer el ruedo en el primer paseíllo. En los chiqueros esperaban seis toros de Benjumea, que a la postre no dieron facilidades para el triunfo de los toreros.
La oreja que se llevó Posada no fue suficiente para evitar el desencanto del público porque el pequeño de los Gallo dio cal y arena y Saleri no convenció. Y a partir de ahí cien años de historia de una de las plazas más importantes del toreo. Con altos y bajos, con luces y sombras, con la capacidad de ilusionar a muchas generaciones de barceloneses y con un futuro por descubrir. Fue un 27 de febrero de 1916...