Teresa Giménez Barbat - AGENDA EUROPEA
2017, el año del todo o nada para la UE
Jamás Europa afrontaba un año nuevo con tanta incertidumbre
El año que ahora termina ha sido uno de los más difíciles de Europa desde 1945. Alrededor de 4.000 muertos en el Mediterráneo, 150 víctimas de atentados dentro de las fronteras de la Unión: Bruselas, Múnich, Niza, Berlín…
Además, políticamente han sido 12 meses complejos: la inesperada victoria del Brexit, los referéndums en Italia y Hungría,….
Jamás Europa afrontaba un año nuevo con tanta incertidumbre. La seguridad dentro de nuestro territorio, el no sucumbir al recelo de nuestros vecinos y la gestión de la crisis humanitaria de los refugiados han sido la prioridad. Pero en 2017 la Unión Europea afrontará políticamente momentos a cara o cruz, con la elección presidencial en Francia y otros momentos trascedentes como las elecciones en Alemania, donde Angela Merkel, junto con Adenauer y Khol, una de las grandes políticas de Alemania desde 1945, se juega la reelección.
La victoria de Le Pen en Francia, ¿quién se atreve ahora a no imaginarla tras la victoria del Brexit o la casi victoria de la ultra derecha en Austria? Supondría el finiquito del sueño de una Europa Unida y la regresión a épocas más inestables con nacionalismos en competencia.
Todas las conquistas que supone Europa: libertad de movimiento de personas y capitales, demolición de fronteras, moneda única, etc., pueden parecer pocas ante la magnitud de los problemas actuales o la lentitud de respuesta ante muchos temas. Pero habría que reflexionar sobre el significado de la desaparición de un ente que ha traído el período de convivencia, crecimiento, paz y estabilidad más fructífero y duradero que nuestro continente ha conocido jamás. Debería llenarnos de temor el abismo negro e incierto que supondría volver a las estructuras previas a la comunidad del carbón y del acero.
Hay que tomar nota de las paradojas: el Reino Unido aspira a consumar un Brexit sin Brexit cuando millones de personas en todo el planeta sueñan con ser nuestros conciudadanos. Todo ello mientras los europeos dudamos de nuestra propia razón de ser y existir. Es un error.
Armonizar leyes, incrementar la colaboración de la Europol, potenciar los sistemas de intercambio de datos, apostar por regular la llegada de refugiados sin provocar un efecto llamada pero tampoco girando la espalda a un drama que ocurre en nuestras playas son los temas a mejorar. Pero sobre todo construir un relato que cautive a los ciudadanos recordando qué sería de nosotros sin la Unión. Pensar unidos dónde queremos ir es el reto de este 2017 tan cercano.
Desde la resistencia, cediendo la iniciativa política no se gana, sólo, a lo sumo, se frena el declive.
Teresa Giménez Barba t es eurodiputada del Grupo ALDE