Miquel Porta Perales - El oasis catalán
Son así
El «proceso» está por encima de la legalidad democrática y la Justicia. Quien se opone al «proceso» no es demócrata
El nacionalismo catalán recibió como un éxito la resolución de un juzgado de lo contencioso de Madrid que determinó la admisión de la estelada en la final de la Copa del Rey. Sospecho que el independentismo, en su fuero interno, deseaba que el juez ratificara la decisión de la Delegación del Gobierno en Madrid que prohibía la entrada de esteladas en el Vicente Calderón. Cosa que brindaba combustible victimista -«¡España no es una democracia y la Justicia baila al son del Gobierno y el Estado!», exclamarían con mal disimulada alegría los independentistas- a mayor gloria del «proceso». Por lo demás, la prohibición hubiera alimentada la leyenda nacionalista según la cual el independentismo gana adeptos en proporción directa a las resoluciones judiciales contra el «proceso». Y hablo de leyenda -no hay engaño sin autoengaño-, porque el plebiscito del 27-S del año pasado se perdió después de diversas sentencias e interlocutorias judiciales en contra del «proceso».
La resolución pro estelada en los recintos deportivos pone la cosa difícil al nacionalismo catalán. Una vez que el independentismo -con el presidente de la Generalitat a la cabeza»- ha celebrado la medida tomada por el juzgado, ¿por qué no acatar -no digo celebrar- cualquier otra resolución aunque sea contraria a sus intereses? Si eso no ocurre, si el nacionalismo catalán, con la Generalitat al frente, practica la doble medida y no obedece -cumple y hace cumplir- los autos o sentencias de los Altos tribunales, quedará en evidencia. Cosa que ya ha sucedido y volverá a suceder.
El «proceso» está por encima de la legalidad democrática y la Justicia. Quien se opone al «proceso» no es demócrata. El Tribunal que suspende o anula las ilegalidades del «proceso» responde a la embestida judicial española contra el pueblo de Cataluña. El independentismo es así: cumple o incumple la ley y las disposiciones judiciales según interese. Y por si fuera poco, imparte lecciones de democracia a diestro y siniestro. Sobre todo a siniestro.