OPERACIÓN POLICIAL
Narcolanchas 'made in' Cataluña para transportar hachís desde Marruecos
Es la primera vez que los Mossos y la Guardia Civil detectan en Gerona una organización dedicada a la logística para el traslado de la droga por vía marítima
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La presión policial contra el tráfico de hachís en el Campo de Gibraltar empuja a los narcos a buscar otros territorios para asentar sus redes logísticas. En este caso ha sido Gerona. Es la primera vez que los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil, junto con Vigilancia Aduanera, desarticulan una organización asentada en esta provincia, dedicada a construir narcolanchas para transportar la droga entre Marruecos y la costa catalana.
Una organización que, según los investigadores, funcionaba como un 'hub' empresarial, con sede en Castelló d'Empúries. Allí disponía de una nave industrial, donde, en función de la demanda de los traficantes, se hacían con equipos náuticos -en muchos casos, adquiridos a empresas extranjeras-.
Una vez recibían el material, se encargaban de construir las embarcaciones y participaban en su traslado hasta el punto de la costa donde realizaban la botadura. De hecho, fue así como arrancaron las pesquisas: después de que la Policía catalana detectase una de ellas el pasado julio.
Los agentes sospecharon que podría tratarse de una planeadora y por ello pusieron la lupa sobre los responsables de la empresa. Así divisaron otras tres botaduras más de embarcaciones del mismo tipo, en las localidades de Roses, Llancà y Empuribrava. Se inició así la operación conjunta entre los tres Cuerpos -bautizada Osiris y 'Modernavy' por el Instituto Armado- que se ha saldado con una veintena de detenidos -dos de los cuales ya han ingresado en prisión provisional- y la incautación de 22 narcolanchas. Según ha detallado a ABC el subinspector de los Mossos Carles Martínez, éstas podían alcanzar un precio de venta de entre 200.000 euros y 400.000 euros.
«Pueden alcanzar, con cuatro motores, hasta los 1.200 CV», explica el teniente de la Guardia Civil Daniel Gómez. Las construcciones «artesanales» se ensamblaban en una nave industrial Castelló d'Empúries, después de que la organización adquiriese las piezas por separado. Por ejemplo, los cascos en Portugal. El motivo es que las narcolanchas están prohibidas por decreto ley desde 2018. Así, comprar las piezas por separado, les permitió mantener el negocio dentro de los cauces legales.

Todas tenían las mismas características: pequeña dimensión, motores potentes, y una «considerable» capacidad de carga. La banda funcionaba bajo demanda, como «apoyo logístico» de los narcos, detalla el mando del Área de Investigación Criminal (AIC) de Gerona. No solo con narcolanchas, también podían proveer de determinado material como un motor, o encargarse de reparaciones puntuales. «No se ofrecían en una guía, como es lógico, pero en el sector se corre la voz y unos a otros se recomiendan sus servicios. También como mecánicos», explica Martínez. «Podían requerir sus servicios solo para introducir una barca en el mar, o incluso pedir una cantidad concreta de combustible», apostilla el teniente Gómez.
Tras los pertinentes seguimientos, los agentes explotaron la operación el pasado 20 de septiembre. Entre la veintena de detenidos, los siete cabecillas de la organización, entre 25 y 38 años. Algunos de ellos ya habían sido investigados con anterioridad por delitos relacionados con el tráfico de drogas.
Precisamente estos siete son los que tenían los conocimientos en náutica para prestar el servicio, mientras los restantes eran empleados que contrataban para actividades puntuales, como por ejemplo, el manejo de la grúa para botar las embarcaciones, o realizar vigilancias para evitar ser descubiertos por los agentes durante su traslado. Todos son de Gerona, indican fuentes policiales.
Como expertos en náutica, contaban con maquinaria y vehículos para montar y transportar las embarcaciones. Entre ellas, también varias motos de agua. Durante los registros, los investigadores también se incautaron de cerca de 50.000 euros en efectivo, así como de medio kilo de cocaína rosa.
La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones, ya que algunos de los pagos por los servicios náuticos, además, podrían haberse abonado con droga.