tribuna abierta
Desafíos y retos en la salud mental de los jóvenes catalanes
Para afrontar como es debido los cambios que llevan consigo las nuevas generaciones y que como sociedad encaramos en términos de salud mental, es indispensable un aumento de recursos
Los problemas de salud mental impactan en los jóvenes, con los 26 años como media de edad de inicio de los trastornos

Los jóvenes son el futuro y al futuro hay que cuidarlo. Por eso, preocupa ver cómo todos los indicadores apuntan a que la salud mental de la población joven catalana es un frente abierto que va a más. Un reto que demanda que todos ... los profesionales del ámbito del cuidado de personas con trastornos de salud mental aunemos esfuerzos, desde la esfera privada y la pública, para hacer frente a un contexto que se ha ido agravando desde los difíciles días de la pandemia.
La depresión es, sin duda, la dolencia con una mayor presencia en los trastornos de salud mental. El reciente Informe de Salut a Catalunya, publicado por el Departament de Salut de la Generalitat, revela que más de 700.000 personas están diagnosticadas con depresión en Catalunya, representando uno de cada cuatro diagnósticos relacionados con la salud mental en el territorio.
Y, esto es lo importante, lo que mayor alarma genera, es que cada vez se trata a personas más jóvenes.
Si analizamos los datos enmarcados dentro del ámbito demográfico, la edad es un dato crucial en el diagnóstico de este tipo de trastornos. Uno de cada cuatro catalanes de entre 11 y 18 años se ha autolesionado alguna vez, lo que representa cerca del 27% de los adolescentes, el 64% no lo ha hecho nunca y el 43,4% de ellos ha tenido pensamientos de morir. El uso y abuso de las nuevas tecnologías y el impacto del confinamiento han hecho peligrar la socialización e interacción humana, incrementando los riesgos de soledad y aislamiento.
Si ampliamos el rango de edad a jóvenes de entre 18 y 34 años los datos no mejoran. Uno de cada siete sufre algún tipo de problema de salud mental en Catalunya, siendo el suicidio la primera causa de muerte no natural entre la población de este colectivo. De hecho, se estima que desde 2020 ha habido un aumento del 195% en tentativas de suicidio entre los jóvenes en Catalunya.
El lado positivo, o cuando menos tranquilizador, es que, según datos recogidos en la radiografía de la Federació Salut Mental de Catalunya y el Consell Nacional de la Joventut de Catalunya (CNJC), los jóvenes son a su vez los que más uso hacen de los servicios de salud mental públicos, por lo que son el colectivo más concienciado acerca de la necesidad de acudir a un profesional ante este tipo de problemáticas. Es decir, que cuando detectan el problema, tienen menos barreras para poner el tratamiento de éste en manos de profesionales.
Al calor de estos datos, el principal reto que se le plantea a la psiquiatría en Catalunya es que los profesionales de la salud mental nos focalicemos en las causas y la evolución de las personas que tratamos, para poder detectar y afrontar las necesidades que presentan las nuevas generaciones en la atención de estos trastornos. Atenciones que, a menudo, se prolongan en la vida de las personas.
Pero, para afrontar como es debido los cambios que llevan consigo las nuevas generaciones y que como sociedad encaramos en términos de salud mental, es indispensable un aumento de recursos.
Tal y como reflejan los últimos datos publicados por el Departament de Salut, el aumento en la demanda de los servicios psiquiátricos -ya desde periodos anteriores a la pandemia y, especialmente después- han obligado a las instituciones públicas y a los operadores privados a analizar el aumento de la demanda y a dotarnos de mayores recursos especializados. Las urgencias psiquiátricas en los menores de edad han aumentado en un 28,5% y las hospitalizaciones por problemas de salud mental entre los jóvenes se han incrementado en un 40%.
Como expertos en el cuidado de personas con patologías de salud mental, sabemos que es indispensable contar con una buena red de centros de cuidado que nos permita hacer frente a estas cifras que evidencian la necesidad de aumentar los recursos. Debemos ser capaces de aportar a la sociedad un número de plazas suficientes que den cobertura a la demanda. Asimismo, es importante que aumente el número de plazas MIR para los profesionales de la psiquiatría y que se agilice la habilitación de personal formado en el extranjero para el ejercicio en nuestro territorio.
Un cuidado profesionalizado y a la medida
Necesitamos sumar. En España existe una gran problemática con la fuga de los profesionales sanitarios al extranjero, por lo que desde el sector es imperativo fomentar medidas que vayan dirigidas a la conservación y atracción del talento. Un nutrido número de trabajadores capaces, entre todos, de proporcionar una atención totalmente personalizada.
Y es que cada persona diagnosticada con un trastorno de salud mental requiere unos cuidados específicos y a la medida de sus requisitos y necesidades terapéuticas y emocionales. Y, por supuesto, eso incluye también a sus familias y entornos emocionales, a menudo los grandes olvidados en este tipo de tratamientos.
Y en este punto es vital que los programas terapéuticos estén diseñados por perfiles multidisciplinares, integrando y coordinando profesionales que vayan desde médicos hasta terapeutas ocupacionales, pasando por perfiles como trabajadores sociales u otros. A estos cabe integrar a los demás agentes que toman parte en la vida cotidiana de los usuarios, como familiares o amigos, algo que permite establecer una atención muy centrada en cada persona. Pero sin olvidar que el cuidado debe ser profesionalizado y brindado por plantillas debidamente formadas y tituladas.
El futuro inmediato de la salud mental en Catalunya pasa por ser capaces de seguir desarrollando estructuras asistenciales adecuadas, ser capaces de formar, conservar y atraer talento, y ser capaces de trabajar en la detección temprana, prevención y tratamiento de trastornos mentales presentes en la población desde edades cada vez más tempranas.
El bienestar, futuro y prosperidad emocional de nuestros jóvenes lo merece.
Jordi Tarrés es irector de Mentalia Lleida
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