Invertir en barricas de 'whisky': un activo para bebérselo

El precio del barril de licor acumula un rendimiento del 80% en cuatro años, superando al oro, al S&P 500 y al Dow Jones

Conoce la compañía que permite invertir en este activo, lo custodia en escocia y permite visitarlo y catarlo

La bodega escocesa donde madura el whisky de Braeburn abc

Jordi Martínez

Barcelona

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El 'whisky', como el vino, se ha convertido en una enorme industria que genera más de 7.000 millones de euros en volumen de ventas anuales. Muchos fabricantes, destilerías e inversores han logrado acumular grandes fortunas a medida que el licor escocés por excelencia ha proliferado en todo el mundo. Especialmente durante los últimos 20 años, cuando ha llegado a suponer hasta el 22% de las exportaciones de alimentos y bebidas de Reino Unido.

A pesar de la situación general de la economía, el sólido rendimiento de las barricas (o barriles) de 'whisky' se ha hecho notar durante los últimos tiempos, hasta el punto de que la inversión en este licor se ha convierto en un valor refugio para inversores igual que otros activos tangibles como el arte o el oro. Hasta ahora, lo más común era invertir en botellas. Pero la menor volatilidad de la barrica -de entre 200 y 250 litros-, así como la aparición de empresas especializadas en este tipo de inversiones, como Braeburn Whisky, presente en España desde 2018, han facilitado el cambio de tendencia.

El CEO de la compañía, Niall Brown, atiende a ABC en la sede europea de Braeburn, en Barcelona, para explicar al detalle un sector que durante los últimos cinco años acumula un crecimiento medio del 14%. «Si en 2018 hubieras comprado una barrica por 10.000 euros, probablemente hoy valdría 18.500», apunta Brown, que destaca -eso sí- que como toda inversión, tiene sus riesgos. En este caso, asociados a la conservación del whisky.

«Tenemos las licencias y custodiamos los barriles en Escocia. Es decir, las compramos a nuestra cuenta y traspasamos la propiedad a los inversores», explica Mark Scanlan, director de la compañía. En escocia, en el mismísimo corazón de las Highlands, existe una nave industrial enorme y vigilada donde la empresa guarda las miles de barricas de sus inversores (valoradas en 48 millones de euros), como si de un gran banco de oro se tratara. Si el cliente lo requiere, explica, pueden enviarle a cualquier parte del mundo una botella con el licor de su propia barrica. «O incluso visitar las instalaciones de Braeburn y catar la inversión de manera presencial», apunta.

¿Una obra de arte?

Una vez que el whisky se saca del barril y se embotella, el proceso de envejecimiento se detiene. El whisky embotellado no madura con el tiempo y sus características seguirán siendo las mismas indefinidamente, por lo que su valor varía únicamente por los cambios en la demanda, como en cualquier otro tipo de activo. «No ocurre lo mismo con las barricas», apunta Brown.

Aunque existen muchas similitudes entre las barricas de whisky y otro tipo inversiones tangibles, como el oro o la plata, existen matices inherentes a este mercado que lo diferencian de los demás. El primero -y más evidente-, es que la barrica se revaloriza siempre con el tiempo. No importa el precio del licor en el mercado, una barrica vieja costará más que una joven en la mayoría de los casos. El segundo, es que la barrica no es una mercancía tradicional: cada una presenta características propias que hacen del producto algo único e irrepetible.

En este sentido, Sam O'Dwyer, responsable del negocio en España, aclara que a pesar del rendimiento económico notable, la barrica no es una inversión tradicional. «Es un arte, una cultura. Algo que debe ser vivido con estima y fascinación«, apunta.

Mayor rentabilidad que el oro

Con ánimo de atraer inversores, la compañía ha desarrollado BC20, un índice que desde 2018 coteja los valores proyectados de una muestra representativa de barricas de hasta veinte destilerías diferentes. Durante los últimos cinco años, el precio medio del barril ha aumentado un 84%, batiendo a otros valores como el S&P 500 (64%), el Dow Jones (32%) o el mismísimo oro (50%), valor a tener en cuenta en tiempos económicos convulsos.

Brown destaca además la mayor resistencia de la barrica ante las crisis respecto otros activos. Durante la pandemia en 2020, por ejemplo, las principales destilerías apenas sufrieron las consecuencias de la crisis económica global. «De hecho, en la mayoría de casos, la demanda aumentó», asegura remarcando la fortaleza del sector.

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