­Juli Soler, la memoria de El Bulli

La Academia Catalana de Gastronomía y Nutrición rinde homenaje al ideólogo del restaurante de cala Montjoi

Varios de los participantes en el homenaje a Juli Soler abc

Sergi Doria

Barcelona

Juli Soler Lobo (Tarrasa, 1949-Barcelona, 2015) conjugaba la etiqueta negra con las camisetas de los Rolling Stones: era tan capaz de orquestar la cocina y los alcoholes del barman como de hacer de DJ y vender discos de rithm& blues, soul y rock en Transformer, la tienda con título de Lou Reed que regentó.

La Academia Catalana de Gastronomía y Nutrición ha tributado un homenaje a este «personaje irrepetible de la cultura gastronómica, un genio y referente internacional», en palabras del presidente de la Academia, Carles Vilarrubí.

A la cena del Palau de Pedralbes, elaborada por el restaurante Via Veneto y presentada, en la función de Brigadier por Carme Ruscalleda, acudió lo mejor de la restauración catalana y española: Ferran Adrià, Javier Torres, Fina Puigdevall, Joel Castanyé, Josep Monje, Javier de las Muelas, Joan Carles Ibáñez, David Seijas, Carles Gaig y Agustí Peris (sommelier de El Bulli). Seijas preparó un cóctel de cabra real y cangrejo (Juli Soler era adepto a estos crustáceos); los salmonetes 'Gaudí' devolvieron uno de los platos estrella de cala Montjoi y la liebre a la Royal recordó al doctor Hans Schilling, propietario de El Bulli y primer socio de Soler.

La glosa, que corrió a cargo de Joan Font, recorrió la trayectoria vital y profesional de Soler desde una infancia en la que sus padres le inocularon la pasión por la música y la restauración a su debut en 1962 (con solo 13 años) como ayudante de camarero en el Gran Casino de Tarrasa. Un año después ya era barman del Chalet del Golf de Puigcerdà. Con la experiencia adquirida en la atención de la selecta clientela del Chalet, pasó a trabajar con Josep Monje en el Reno de Tuset Street, la calle emblema de los años sesenta.

En 1981 Soler se incorpora como director y jefe de sala a El Bulli de cala Montjoi; en 1984 ficha a Ferran Adrià. El dúo prodigioso situará El Bulli entre los cincuenta mejores restaurantes del mundo: «Una mesa de El Bulli ya era distinta de las mesas de otros restaurantes de España», afirmaba un Soler que mereció una caricatura de Matt Groening, creador de Los Simpson.

En 1990 Soler y Adrià acceden a la propiedad de El Bulli tras adquirirlo a Marketta y Hans Schilling. En 2012 una enfermedad neurovegetativa apartó a Soler de su mítico restaurante reconvertido, tras el cierre de 2011, en El Bulli Foundation.

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