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Talento femenino: habilidad de creer y 'poder'
curso 'líder, directiva y mujer 2022'
Una treintena de mujeres que ya ocupan puestos directivos en sus empresas abordan en las jornadas, organizadas por CEOE y Junta, las habilidades para seguir escalando en puestos de responsabilidad

Los números hablan, pero la realidad del avance también demuestra que ese 'techo de cristal' cada vez tiene más grietas y poco a poco no sólo se resquebraja, sino que se desploma y mujeres coronan el 'tejado'. E impulsarlas a ellas para que avancen sin ... ese freno en su carrera es uno de los objetivos del curso 'Líder, directiva y mujer 2022' puesto en marcha por CEOE Castilla y León y la Junta. Tres jornadas en las que una treintena de mujeres ya con cargos de responsabilidad en sus empresas y organizaciones en distintos sectores y puntos de Castilla y León adquieren conocimientos, ponen en práctica simulada las herramientas adquiridas y comparten experiencias con las que seguir avanzando en su día a día. Y es que, aunque cada vez menos, los «estereotipos» y el «handicap» de ser mujer perviven.
Con 35 años de experiencia laboral, a sus 54, María Eugenia García destaca que «siempre» le han «tratado igual». «Pero sí que es verdad que necesitamos ese impulso», apostilla quien ahora ejerce de directora de Marketing y Responsabilidad Social y Desarrollo Sostenible en Aquavall, además de ser presidenta de Unicef en Castilla y León. Eso sí, desde su veteranía valora que la percepción ha ido cambiando y ahora «la nueva generación no se pone su propio techo». «Sabe que tiene que trabajar y es una maravilla ver las jóvenes cómo se defienden», resalta.
«Independientemente de que seas hombre o mujer, las mujeres estamos consiguiendo puestos de dirección que antes ocupaban hombres», reconoce Marta González, del Grupo Invicta, de 36. Seis años al frente de equipos en un sector muy masculinizado como el de la automoción en el que «aunque cueste, ahora cada vez más gente joven ocupa esos puestos». Ella es «una más» en la empresa y ser mujer «no» ha supuesto escollo alguno. «No me siento inferior a nadie», afirma con rotundidad. «Soy la más joven, siempre aprendes, pero no me siento en inferioridad ni por ser mujer ni por la edad», recalca Marta González, quien tiene que claro que el liderazgo de un departamento «va mucho en el carácter de una persona». «Aunque te formes mucho, si no tienes un carácter no de mando, sino de autoridad, de aquí estoy yo e intentar conseguir el trabajo, de esfuerzo, porque al final son muchas horas, y hay gente que no está dispuesta a esforzarse y a tener este tipo de responsabilidad...».
«Se ha avanzado, pero aún queda», reconoce a su lado Susana Placer, directora de Recursos Humanos en Fundación Aliados por la Integración. Madre, asume que en su carrera tener hijos ha supuesto un mayor freno que al padre: «La conciliación total no existe y decir eso suena un poco utópico todavía». «Creo que las mujeres tiramos todavía de los hijos para todo. Es un tema cultural en el que queda mucho por hacer», apunta.
«Cambiar el chip de la conciliación por la corresponsabilidad». Ahí apunta Rosa González, del área de Recursos Humanos de Proconsi. «Complicadísimo», así responde y resume que es la conciliación Iris Fernández, de Autofer Automatismos, madre de familia numerosa.
«Arropadas»
«Arropadas»
Y en estas jornadas no sólo adquieren herramientas «para poder gestionar», sino que también «nos vemos arropadas. Nos sentimos que tenemos más o menos los mismos problemas», señala Iris Fernández, quien estos días en la sede de CEOE Castilla y León comparte con sus compañeras de curso dudas, inquietudes y también fortalezas. Y es que hay unanimidad en el grupo al afirmar sin dudarlo que la mujer ya parte con unos valores positivos y no sólo lastres. «Que estés aquí ya supone que tienes muchas ganes por lo menos. Ganas de enriquecerte como persona y líder de un equipo», recalca Rosa González, quien apunta como «una parte del problema» de que no haya una mayor presencia de mujeres en cargos directivos a la «falta de referentes». Lo sabe bien por su sector, el tecnológico, donde acusan la falta de vocaciones: «Si no están en la base, no pueden llegar...».

Testimonios
«Creo que, a veces, las mujeres vamos muy en contra de las mujeres»
María Eugenia García
Aquavall y Unicef
Aunque, a la vez son ellas quienes más se exigen a ellas mismas y a sus compañeras. Con la experiencia de los años, María Eugenia García no tiene dudas: «Creo que las mujeres vamos muy en contra de las mujeres». Y, «a veces» también «ponemos nuestros propio techo», añade a la par que valora los avances en este sentido que ve con satisfacción y la mirada iluminada en las nuevas generaciones. «Nos juzgamos más entre nosotras de lo que nos juzgan los hombres. Nos juzgamos de otra manera, mucho más dura que como nos juzgan los hombres. Yo creo que hay veces que somos peor enemigo», coincide Iris.
«Nos vamos a comportar de igual a igual con un hombre y en el momento en que tú te comportes así, el resto te ve y te trata así», advierte Asunción Mayo, de Crédito Caución, para quien lo importante de estos cursos es el aprendizaje en cuanto «líder» y las «habilidades que tiene que desarrollar todo el mundo en este mundo tan cambiante, hombres y mujeres». «En ningún momento las estamos recibiendo en tanto que mujeres», subraya, rotunda.
«No, no», hablar en femenino no supone un freno para estar al frente de un departamento, defiende Susana Placer a la vez que dirige la vista a unos números que «están ahí» y dibujan la brecha: «Se ha avanzado mucho en los últimos años, pero siempre hay que hacer un poquito más».
«Más fuertes»
«Hemos avanzado mucho. Ya no tenemos esos complejos», añade. Aún así, resta todavía y estos cursos en los que adquieren y construyen herramientas y estrategias «para aprender a gestionarnos en esos entornos que, a veces, nos son hostiles» son «muy necesarios», valora Rosa González, sobre una experiencia en la que «además del conocimiento que compartes y la gente que conoces, aprendes un montón sobre lo que sabes... y lo que no sabes». «Somos más conscientes de que somos capaces», advierte.
«Estos cursos nos hacen también un poco más fuertes. Ves que hay mujeres liderando todo tipo de empresas, desde una pequeñita hasta multinacionales. Esto nos empodera», defiende Iris Fernández. «Creo que son muy necesarios», apunta Aída de Santos, del Grupo Copese. No sólo para compartir vivencias «muchas veces similares y que te ayudan a mejorar en el trabajo», sino también «porque, aunque en este sigo no debería haber esas diferencias, sí la hay en el liderazgo femenino», aunque con los años ha ido cambiando, confirma desde su experiencia como directiva de marketing en un grupo alimentario, que, aunque menos, un sector que «sigue siendo muy masculino».

Testimonios
«Soy una más. No me siento inferior a nadie. El liderazgo va mucho en el carácter»
Marta González
Grupo Invicta
«Venimos a mejorar nuestras habilidades de liderazgo, que creo que es lo único que hará que de una manera natural todo eso que queremos que pase, suceda con mayor agilidad, porque vamos a ser las primeras en ponerlo en marcha», subraya Asunción Mayo, pues aunque ya se ha «recorrido» un largo camino en este sentido, queda el «final», el tramo «que más cuesta». «Pero ya es muy poquito», alienta.
Conciliación
De hecho, el «objetivo» de estas jornadas «es empoderar y a la vez dar un itinerario formativo trabajando todos los aspectos que influyen en el liderazgo, sea masculino o femenino, en la gestión de equipos, pero con esa puntualización de que hay algunos aspectos en los que la mujer necesita empoderarse cuando asume determinadas responsabilidades», apunta Sonia González Diéguez, de Adeco Learning and Consulting, encargados de la formación. La conciliación es, reconoce, una de esas «limitaciones». «Porque ellas se siguen sintiendo más responsables de lo que ocurre en sus casas o en su vida personal. Y lo que intentamos trabajar con ellas es que esto al final es un tema de coliderazgo. Que, efectivamente, somos mujeres, podemos tener familia, pero en esa familia hay otras personas que se tienen que ocupar de las mismas responsabilidades que nosotras y eso no puede impedir que también podamos acceder a determinados puestos de responsabilidad», subraya Sonia González, quien incide en que la «autoestima», la «capacidad de creer en sí mismas», tiene mucho peso en ese poder llegar a los techos más altos.
Hoy tocaba la comunicación, la negociación y la gestión de conflictos, con José Antonio Martín, apasionado, al frente de la clase para transmitir las oportunidades, habilidades que tienen que ver con los procesos de liderazgo, comunicación o cómo gestionar en el conflicto. En el aula, el debate participativo de las asistentes.
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