El pequeño pueblo de Segovia empeñado en que su órgano barroco deje de estar «mudo»
El medio millar de vecinos de Escalona del Prado busca reunir cerca de 61.000 euros para la restauración de este instrumento de 1786 que cree que ayudaría a fomentar la actividad cultural del municipio y a darse a conocer

La iglesia de Escalona del Prado, un pequeño pueblo ubicado en la Campiña segoviana, a poco más de 30 kilómetros de la capital, tiene tres joyas: una pila bautismal románica, un cristo gótico y un órgano barroco, que se quedó «mudo» hace «unos 60 ó 70» años. Aunque recientes parches permitieron recuperar en parte la vida del instrumento, su sonido no es ni mucho menos el que tenía durante su época de mayor esplendor. Devolver este órgano barroco -data del siglo XVIII- «de gran calidad y valor histórico» a su estado original es el empeño que persiguen los 500 habitantes de este municipio, y más en concreto, de la Asociación de Amigos del Órgano de Escalona, una agrupación que precisamente nació hace un año para tal fin, y a la vez impulsar las actividades culturales de la localidad.

Cuenta su portavoz y secretario, Gabriel Sanz, que el instrumento funciona al 60 por ciento de su capacidad gracias al obstinado trabajo de «unos 20» voluntarios del municipio, que siguiendo las indicaciones del maestro organero y compositor Rossen Aymí Escolà, procedieron a la limpieza de varios de sus tubos entre los años 2015 y 2018. Esta primera intervención, cuyos gastos cubrió el Ayuntamiento y aportaciones de los vecinos, consistió fundamentalmente en su desobstrucción -sacaron sacos de polvo de carbono procedente del humo de cirios y velas quemados durante casi dos siglos y medio- y en la puesta a punto por parte del organista en la medida que pudo. «Pudimos restaurar 305 tubos: 274 metálicos de aleación plomo-estaño y 31 de madera». Sin embargo, añade Sanz «ha llegado un momento que no se puede colaborar más porque se necesita de un taller artesanal especializado de organería que pueda recuperar el resto y fabricar unos 188 que han desaparecido».
Campaña
Con el fin de recaudar dinero para tal empeño, los vecinos de Escalona han abierto una campaña de micromecenazgo a través de la asociación Hispania Nostra. Necesitarían reunir la nada desdeñable cantidad de 60.899 euros, de los que de momento han logrado «alrededor de 3.000». «No vamos demasiado bien, así que estamos animando a la gente porque termina el 10 de enero», apunta Gabriel Sanz, quien cree que podrán optar a otras fuentes de financiación como los fondos Leader o la Diputación de Segovia y el propio Ayuntamiento del municipio, pero para ello «tenemos que tener antes una base económica». «Este tipo de intervenciones son muy caras».
Y es que además de reparar los 80 tubos metálicos que no pudieron y reponer los otros 180 desaparecidos, pretenden recuperar el secreto o cámara de distribución del aire a los tubos, cambiar las pieles antiguas que todavía tiene, y sustituir algunos de sus elementos, como las válvulas... «Si al final lográsemos más dinero restauraríamos el mueble, que es muy bonito, pero lo más importante para nosotros es recuperar los tubos».
Dice que el funcionamiento a pleno rendimiento del instrumento les permitiría fomentar la actividad cultural del pueblo, realizar más conciertos y organizar visitas para la que considera una de las joyas patrimoniales de Escalona del Prado.
De estilo barroco ibérico, el órgano data de 1785. Fue construido para la nueva iglesia del pueblo, después de que la primitiva, de estilo románico, se tirase. Señala Gabriel Sanz que descubrieron su origen, así como su autoría -atribuida al maestro organero Manuel Sanz, que trabajó en otros instrumentos de la provincia y también en la catedral segoviana- hace tres años, consultando el 'Libro de fábrica' de la iglesia correspondiente al periodo 1781-1821, el archivo parroquial de Escalona donde se anotaban «todos los gastos y entradas económicas». «Es muy bonito y, además, tiene un gran valor histórico», insiste el portavoz de la asociación, quien cree que su recuperación serviría para dar a conocer el pueblo.